En una entrevista a Redacción Médica el presidente del Consejo General de Enfermería (CGE) no lo ha dudado dos veces para afirmar que existe ‘un gran acuerdo interno para echar abajo la profesión enfermera y vuelva así a estar subordinada a los médicos’. Ante estas acusaciones, los médicos han respondido: ‘las exageraciones llaman la atención, pero distraen de las cuestiones tantes, incluso de responsabilidades exigibles’.
Intentó desviar el aluvión de ataques y que prosperase la moción de censura que se había propuesto a su presidencia no representar al colectivo enfermero, sus presuntas irregularidades y la opacidad en el modo de utilizar los recursos económicos. Las vilipendiadas entonces fueron las facultades de Enfermería de toda España.
Ahora, Máxo González Jurado ataca a los médicos. Redacción Médica lo recoge claramente en el titular de la noticia: ‘El Partido Popular y médicos planean hundir la Enfermería’.
Según este medio, desde el punto de vista de Máxo González Jurado, ‘no cabe duda de que el Ministerio de Sanidad, en concreto, ha debido escoger entre el médico y la enfermera para desarrollar su estrategia de gestión clínica y se ha decantado sin dudarlo el prero. Y ello a pesar del acuerdo previo firmado el propio CGE y el sindicato Satse con el departamento que encabeza Ana Mato según el cual éste se ha comprometido a que, en la futura normativa relacionada con ese ámbito, las unidades de Gestión Clínica garanticen la participación de los enfermeros atendiendo los criterios […] de la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias’.
Ante estas acusaciones, el presidente de la Organización Médica Colegial, Juan José Rodríguez Sendín, ha hecho pública su perplejidad: ‘Resulta increíble que exista ningún profesional de la medicina ni nadie que quiera hundir a la profesión enfermera. Por el contrario, en los servicios tanto hospitalarios como de Atención Praria de toda España, Medicina y Enfermería practican y disfrutan de colaboración diaria, de mucho tiempo en común, de afectos mutuos y entendiento pleno. Ambas profesiones saben donde terminan sus competencias y capacidades’.
El presidente de la OMC insiste: ‘No son tiempos de exagerar o crear diferencias parte de nadie, es el tiempo de la sensatez, de la búsqueda de espacios de confianza y de protagonismos legítos, pero solo en base a la racionalidad y no en función de eslóganes. Y racional es que cada cual sea responsable y dirija aquello de lo que es garante y tiene asignado hacer. Y para ello, sin exclusiones, deben ser escogidos los mejores y más adecuados en cada caso’.
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