‘Si bien debemos proteger nuestra piel durante todo el año, en la época veraniega, debemos controlar aún más la exposición al sol para evitar que nuestra piel se vea afectada’, explica el director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud, Jaume Pey. Pero no solo nuestra piel, los trastornos digestivos leves y las pequeñas heridas son algunos de los problemas de salud más comunes durante el verano. Para evitarlos, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp) ofrece algunas recomendaciones para que disfrutes de la época estival sin poner en riesgo tu salud.
Las quemaduras exposición al sol son muy comunes en esta época del año. Por eso debemos protegernos de ellas de la mejor manera posible: con un protector solar que tenga un factor de protección solar (FPS) adecuado a nuestro tipo de piel. Para elegir el FPS más adecuado, tenemos que saber cuál es nuestro fototipo. Existen seis diferentes, clasificados en función del color de piel, cabello y ojos.
Además, no debemos olvidar que la piel tiene memoria, lo que los efectos de la radiación solar se van acumulando en nuestro organismo y son irreversibles. Por esto, se recomienda priorizar el cuidado de la piel frente al bronceado y utilizar los protectores solares de manera correcta, extendiéndolo abundantemente sobre todas las zonas que van a quedar expuestas al sol.
Los pies son una de las partes del cuerpo que se ve más afectada durante el verano. Entre otras, las causas principales de los problemas que sufren nuestros pies son el cambio de calzado, las visitas a playas y piscinas y el exceso de sudoración: talones ásperos debido al uso de calzado plano y sin amortiguación y andar descalzos; la sudoración excesiva puede llegar a acarrear problemas secundarios al producirse en los pies una humedad elevada; el ‘pie de atleta’ o las infecciones hongos y la aparición de verrugas o papilomas son muy contagiosas y dolorosas y una de las principales causas es no utilizar el calzado adecuado en lugares con exceso de humedad; y las rozaduras y ampollas.
Para evitar estos problemas debemos utilizar un calzado que sea cómodo, transpirable, con algo de amortiguación y que no ciña excesivamente el pie. ‘La hidratación de la piel también ayudará a mejorar las asperezas del pie y a prevenir la aparición de grietas y otras molestias’, señala el director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud. Es preferible que la aplicación de las cremas sea la noche para evitar la sudoración excesiva. El uso de la o piedra pómez, dos veces semana en las zonas afectadas durezas y callos, ayudará a aliviar la inflamación del pie y a elinar células muertas.
Si ya han aparecido ampollas y rozaduras, se aconseja desinfectar la zona y protegerla con un apósito. Para elinar la sudoración excesiva, existen desodorantes y antitranspirantes especializados para los pies. También podemos usar polvos de talco antes de calzarnos.
Además de prestar atención a nuestra piel y nuestros pies, debemos tener cuidado con otros pequeños problemas de salud que pueden surgir durante las vacaciones. Para ello, nuestro mejor aliado será un adecuado botiquín de viaje, ‘en el que, además de los protectores solares, debemos incluir medicamentos de autocuidado que pueden adquirirse en la farmacia sin necesidad de receta médica como analgésicos para los dolores leves y ocasionales, antipiréticos para combatir la fiebre, antihistamínicos para reacciones alérgicas y medicamentos para evitar los síntomas del mareo. El farmacéutico puede ayudarnos a elaborar el botiquín más adecuado a cada persona’, detalla Jaume Pey.
Para tratar los trastornos gastrointestinales, tan habituales en verano debido a los cambios en los hábitos de alentación, es recomendable incluir antiácidos, antidiarréicos y laxantes en nuestro botiquín. Lo que no debe faltar en ese botiquín es material para curar heridas. Además de las rozaduras y asperezas de las que ya hemos hablado, en verano se pueden producir pequeños cortes y heridas, lo que deberemos tener a mano tiritas, gasas esterilizadas, algodón, vendas y productos antisépticos que nos permitan lpiar, desinfectar y proteger las heridas.
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