La penetración de Intet entre los padres supera el 98%. Jesús Garrido, pediatra y autor del blog ‘Mi pediatra online’, explica que ‘todos llevan un teléfono móvil enca que es capaz de grabar vídeo en el momento en el que el niño tiene una crisis’ o hacer fotos de lesiones cutáneas, radiografías o analíticas. Esto, unido a que los padres ‘no tienen tiempo para desplazarse a la consulta del pediatra y que éste tampoco lo tiene para darles información de calidad’, favorece que herramientas como la Telemedicina o los wearables puedan perfilarse como soluciones con numerosas ventajas. ¿Pero toda la tecnología que se genera responde a auténticas necesidades?
‘Uno de los principales agobios que tienen los padres cuando salen del hospital es que salen con una personilla chiquitilla, a la que quieren mucho, pero no conocen y no tienen ni idea de cómo tienen que actuar ante ciertas cosas’. Así describe Jesús Garrido, autor de ‘Mi pediatra online‘, la realidad a la que se enfrentan quienes acaban de asistir a la indescriptible experiencia de traer una vida al mundo.
Ante esta situación, los jóvenes padres, ‘que son ya nativos digitales’, acuden automáticamente a su Smartphone ante cualquier duda que les surja. Y es que, ya existen plataformas específicas ‘que permiten hacer en Intet algo muy parecido a lo que hacemos fuera de Intet con las mismas garantías de privacidad, confidencialidad, de continuidad asistencial… una serie de cosas que tenemos que garantizar que se pueden garantizar’.
Sin embargo, ‘se están generando muchas tecnologías que en realidad no responden a ningún tipo de necesidad’, asegura Jesús Garrido en el programa de radio Onda Saludable. Tal es el ejemplo de las bandas inteligentes que se colocan alrededor del tobillo del bebé y analiza tanto su frecuencia cardíaca, su temperatura o moviento como las condiciones de humedad y temperatura de la habitación. O del calcetín con una alerta para notificar a los padres si el niño se ha vuelto boca abajo en la cuna.
‘La muerte súbita del lactante es algo que preocupa mucho a los padres, pero cada vez es menos frecuente que desde hace unos años se empezó a insistir en que los niños no tenían que dormir boca abajo. En el momento en el que el niño es capaz de darse la vuelta en la cuna es que tiene la madurez suficiente como para que la muerte súbita del lactante deje de ser un problema. Los niños muy pequeños no tienen esa capacidad de moviento’, discrepa Jesús Garrido.
Ante esta opinión, señala que la gente que trabaja con pacientes día a día ‘deberían ser los que asesoraran para la creación de estos dispositivos’ y propone sensores que serían mucho más útiles, como ‘pulsiosímetros para controlar a niños con problemas asmáticos o para hacer seguiento de la temperatura’. A la vez reconoce que ‘hay sistemas más sples para medir la temperatura de forma constante que no necesitan ningún tipo de tecnología’.
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