SANTIAGO DE COMPOSTELA Actualmente, el desarrollo de un nuevo medicamento suele durar unos 10 años. Es un proceso que abarca desde las distintas fases de investigación hasta su comercialización en un determinado país. Sin embargo, una nueva técnica, ya conocida ser una puerta de entrada a un mundo de posibilidades para crear plantes y prótesis que no generan rechazo, se ha puesto como una vía de aceleración en la investigación de fármacos. Es la biopresión 3D y podría acortar el proceso a tres años.
Aunque la biopresión 3D prácticamente acaba de empezar, es una de las áreas de investigación que mayor creciento ha experentado en los últos meses. De hecho, un estudio reciente de IDTechEX esta que el sector de la biopresión 3D en el ámbito sanitario generará un negocio de unos 6.000 millones de dólares anuales en diez años.
La biopresión es la presión 3D paralelamente y en combinación con productos farmacéuticos como hidrogeles, biomoléculas, proteínas o células autólogas. Hoy en día, está permitiendo generar tejidos que permiten a las empresas y centros de investigación acelerar enormemente sus proyectos de investigación para la cura de enfermedades hasta ahora incurables o de difícil tratamiento, así como ahorrar costes al hacer los ensayos de fármacos, vacunas y pruebas de tolerancia sobre tejidos ‘humanizados’ en vez de en anales de experentación.
‘Esto es ya una realidad y 100% factible’. Así lo ha asegurado José Manuel Baena, CEO de Breca Health Care, durante el 7º Encuentro Internacional de Biotecnología, BioSpain 2014. Este especialista ha explicado su proyecto de biopresión 3D de tejidos tisulares en la mesa ‘Building organs: milestones and challenges in tissue engineering’.
‘La biopresión de tejidos va a revolucionar el ámbito sanitario. Pero la necesidad no solo está en llegar a crear con esta técnica un órgano para trasplantar. La prera necesidad es la de generar modelos tisulares para la prueba de fármacos, con lo que conseguiríamos que en vez de desarrollarlo en 10 u 11, podamos tenerlo aprobado en tres o cuatro. Es un avance muy significativo’, explica este especialista.
A su vez, ha señalado que ahora el reto es ‘la construcción de estructuras más complejas’. Del progreso de la biopresión 3D también ha hablado Luiz Sampaio, del Texas Heart Institute, de Estados Unidos. Según este experto, ‘la puerta está abierta a la ingeniería tisular y la organogénesis’.
Con respecto a las otunidades de la bioempresión 3D en la fabricación de órganos, ha hecho hincapié en que ‘ya ha sido posible el trasplante de una tráquea y una vejiga en humanos y mi optismo me dice que se hará con un corazón en no más de 10 años’. En este ámbito hay 565 estudios registrados y otros 220 se encuentran en fase de reclutamiento.
Eso sí, la falta de financiación es el principal obstáculo que hacen peligrar el desarrollo futuro de la ingeniería tisular.
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