El estudio ‘Systematic review of the evidence for an association between sugarsweetened beverage consumption and risk of obesity’, publicado la revista científica Nutrition Reviews se ha llevado a cabo a partir de una revisión sistemática de trabajos científicos anteriores, y según sus conclusiones la evidencia de una asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad es inconsistente cuando se realiza el ajuste correspondiente al balance energético entre las calorías ingeridas y las gastadas el organismo.
Según el Profesor Lluìs SerraMajem, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional, y Presidente de la Academia Española de Nutrición, ‘la obesidad tiene una casuística compleja y multifactorial, lo que reducir la ingesta de azúcares, sí solo no reducirá la incidencia de obesidad, si no se acompaña de programas adecuados para ajustar el consumo y, particularmente, el gasto de energía‘.
Anteriormente otro análisis científico publicado en ‘Obesity Reviews’, revista científica de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad, concluyó que la reducción del consumo de bebidas azucaradas no estaba asociada de forma directa con una disminución de la obesidad ni de los niveles del Índice de Masa Coral (IMC).
En este trabajo de investigación se revisaron diversos estudios sobre los efectos del consumo de bebidas azucaradas en el peso, y el IMC mostró que muchas de las evidencias científicas eran sesgadas y ambiguas, ya que los datos estadísticos analizados no fueron concluyentes.
En concreto, los investigadores observaron que cuando se incoraban bebidas azucaradas a la dieta y se aumentaba la ingesta excesiva de calorías, el peso coral se incrementaba. Sin embargo, en los ensayos controlados aleatorios en los que se suprió de la dieta las bebidas azucaradas, no se encontraron reducciones de peso significativas.
Igualmente, en el estudio científico ‘La paradoja australiana: descenso notable de la ingesta de azúcares en el mismo periodo en que aumentan el sobrepeso y la obesidad’, sus autores concluyeron que los esfuerzos para reducir la ingesta de azúcar pueden disminuir su consumo, pero no necesariamente la prevalencia de obesidad.
Según los resultados de un estudio transversal, ‘Sugarsweetened beverage intake and overweight in children from a mediterranean country’ realizado investigadores de Portugal y Reino Unido y publicado en la revista ‘Public Health Nutrition’, no hay evidencias entre la ingesta de bebidas azucaradas y el sobrepeso en niños del área mediterránea. Según sus autores, sus hallazgos ‘sugieren que reducir o elinar el consumo de bebidas azucaradas no tendría un gran efecto sobre la distribución del IMC de los niños’.