Ayer me quedé dando vueltas a las mil historias de Marbella y su Malaya, que es una copia casi exacta de lo que ha pasado en el resto de España. La diferencia es que en lugar de hacerlo los dos grandes (PSOE, PP) lo hacían desde un partido que sólo el nombre ya suponía un acierto y un cachondeo en sí mismo: Grupo Independiente Liberal (GIL), del que su presidente, Jesús Gil escapó, como de los Ángeles de San Rafael ¿verdad Merino?, donde regaló a troche moche chaletes a todos los que asomaron el hocico. Los procesados, al final, eran todos sirvientes y segundos del gran Jesús. Gil abandonó nuestro mundo dejando a más de cuatro con ganas de ajustarle las tuercas.
Marbella se había convertido en un auténtico descontrol y un lodazal de CORRUPCIÓN, todos, todos estaban pringados. Los empresarios habían hecho el agosto para cien años, pero se daban cuenta de que la verdad estaba muy lejos del oropel que les vendían desde el Ayuntamiento, con su policía a caballo, las motos nuevas, medios sin fin para crear una guardia de corps alrededor de Gil, que más parecía el embrión de un ejército. La llegada a saco a los pueblos de alrededor y ganar aplastando las elecciones… la seguridad de conseguir Ceuta y Melilla y pactar con el Moro… Un gran casino en aguas internacionales regentado la mafia rusa… Gil era mucho más inteligente que pillo, y pillo era un montón.
Las gentes de Gil con Juan Antonio Roca al frente se dieron cuenta de que Julián Muñoz iba a cambiar todas las ‘normas de la familia’ a la hora de los repartos. Aquellos que hayan escuchado a los ediles y a Julián hablar de cómo lo hacían, era muy fácil y tenía reglas y normas que hacían que estuviese INSTITUCIONALIZADA LA CORRUPCIÓN. El que firmaba (testaferrofirmón) se llevaba un tanto ciento pequeño, dependía del cargo o la delegación, otra pequeña parte iba destinada al pago de concejales de otros grupos políticos, aquellos que con su firma autorizaban el ‘acuerdo’. Del resto, que según comentaban era siempre más del 40% se hacía cargo Roca que lo mandaba a Suiza a una cuenta numerada de la familia. Roca pidió verme en la prisión de Alahurín de la Torre, al poco de ingresar en prisión y, según me contó su mujer, le negaron la posibilidad. No tenía intención, ni lo había pedido, pero me pareció interesante, había visto mucho y estaba sorprendido al ver como los verdaderos instigadores y consentidores se hinchaban a dar licencias desde la Junta de Andalucía y a cobrar mirando a otro lado. Como ocurriera con notarios, abogados, arquitectos, periodistas… todos en la misma salsa podrida.
Podría entretenerme mucho más en cualquiera de estos apartados, atando detalles, la gran mayoría divertidos, pero sería interminable, y lo contaré en un libro de ¿memorias? (jajajajaja).
En el Guadalpín
Había llegado a la empresa AIFOS, que era la gestora y propietaria de gran número de apartamentos (*) del conocido Hotel Guadalpín. Les llamé que había tenido noticias de que tenían problemas con el Ayuntamiento que se habían pasado de altura, ocupación, fachadas, retranqueos… En aquel momento era director de Comunicación y Marketing un vasco de una pieza que se llama Gorka Zamarreño. Su trabajo consistía fundamentalmente en mantener una serie de medios cercanos a su empresa para que contasen los logros, y hacer otros propios en los que contaban los cientos de millones que tiraban la ventana con conciertos de Julio Iglesias, La Pantoja… Le comenté a Gorka si me podía facilitar los datos de la construcción del Guadalpín, la ficha técnica del edificio, etc… Venía a Madrid muy a menudo y se plantó en mi despacho con sus grandes zapatones y su corazón que no le entraba en el pecho, y me contó tímidamente una parte tante de la verdad. Le escuché y me quedé con una serie de datos que eran tantes para mi trabajo en aquel momento. En unas semanas Gorka me llamó, me dijo que estaba interesado en apoyar un proyecto que llamamos PRMarbella y que desde AIFOS querían que se supiese toda la verdad. Bueno, la verdad es que debía ser él el que quería que se supiese todo, sus jefes pensaban de otra forma. Nuestro acuerdo, que nunca se pagó y terminó en los juzgados antes de la quiebra de AIFOS, incluía el pago de 3.000 euros al mes al tal Carlos de Onda Cero. Él sí cobró.
Me levanté en el Guadalpín en la habitación de al lado de la que en horas sería de La Pantoja, en otra planta, ya no recuerdo, había otro piso para Julián, y otro para su ex mujer Maite Zaldívar. Que eso el día que la echaron a patadas del Guadalpín reclamaba ‘su piso’ –que cierto quedó destrozado. Bajé al hall del hotel y me encontré a Julián con Isabel y los dueños del Guadalpín. Julián estaba pletórico y miraba a todos lados como si fuese de naciento el andar aquellos mármoles y moquetas. El ofreciento era claro: ‘Tres apartamentos de Guadalpín y se acabó el problema’. A Julián que me preguntó ¿qué hacía? Le dije si se quedaba un apartamento de estos iba a ir cien años a la cárcel y enca no iba a ser tuyo. ¡Eres gilipollas!, le dije. No firmó, y sí lo hizo Isabel Pantoja.
He oído en televisión a muchos compañeros que se sabían esto de oídas, Paco Luis, que era el RRII de AIFOS, estaba allí, con Gorka y ellos pueden dar fe de lo que aquí cuento, la verdad es que no he hablado con ellos, pero la verdad siempre prevalece, le guste a quien le guste.
El apartamento de La Pantoja se firmó, y no puso ni un duro enca de la mesa. Esa es la verdad, la única verdad.
(*) Apartamentos con más de cien metros, cocina, dos dormitorios, salón, todo ello a la últa y jacuzzi y terraza de otros cien metros.
LA MALDAD DEL DÍA:
No sé si la gente de allí, o de aquí de Marbella se acuerdan de la Avenida del Trapiche hasta arriba, de clínicas para rejuvenecer ricas viejas al sol. Ahora son muchos los que se alarman que no consiguen ver un rayo de sol desde sus celdas. Lo tante no es ir a la cárcel, es DEVOLVER LO ROBADO, así se restablece la posición. Y que se busquen la vida. Hoy ceno con la próstata en la mano. Da igual, sólo hablamos de Marbella.
pedro aparicio pérez
gurú horas
fontanero de la Comunicación
director de prnoticias.com