Por ahora es un prototipo y no está previsto que salga pronto a la venta, pero esta nueva compresa femenina aspira a ponerse como una auténtica revolución social para detectar enfermedades como el sida. Al menos, así lo parece indicar el hecho de que el equipo que la ha desarrollado se haya hecho con uno de los galardones que concede la Singularity University, el campus de innovación de la NASA. Y es que, según argumentan los científicos, más de 1.700 millones de mujeres menstrúan en el mundo cada mes.
El proyecto es de Gabriel Weinstein. Junto a dos compañeros daneses, una búlgara, un polaco y una brasileña, el joven de 31 años desarrolló esta compresa incorando a este convencional producto un chip, una batería y un transmisor de radiofrecuencia que envía información al móvil. ‘El sensor tiene cinco paneles y cada uno detecta una enfermedad distinta, entonces, si la hay, el biomarcador reacciona con un anticuerpo y genera un electrón, que dispara el envío de los datos sobre la infección’, explicó Weinstein.
La patente del proyecto está compartida los seis emprendedores que forman el equipo, quienes han acordado que cada uno podría plementar esta tecnología en su propio país. Y es que, los expertos insisten en que en ciertas enfermedades, el cribaje es clave para conseguir superar eficazmente la enfermedad.
Con este fin, se han rodeado de desarrolladores y técnicos especializados en nuevas tecnologías para crear dispositivos que se adapten a los hábitos diarios de cada persona, sean lo menos intrusivos y molestos posible, y contribuyan a diagnosticar enfermedades sin que suponga un riesgo para los ciudadanos sanos ni un coste extraordinario para el sistema sanitario.
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