Una pelota, un coche o una cocinita son parte de los juguetes que se han convertido en el escenario habitual de los hogares con niños. Y es que los más pequeños dedican una gran parte de su día al juego y nosotros, como padres, debemos fomentarlo y compartirlo.
El juego les permite fomentar su autoesta, atándole seguridad y mejorando su interacción social. Jugando itan y aprenden, se vuelven más creativos, autónomos, aceptan las diferencias y se vuelven más tolerantes.
Los padres y educadores estamos obligados a procionarles juguetes seguros, adecuados para su edad. Según el Observatorio de la Infancia para que un juguete sea seguro debe cumplir la normativa legal vigente en España, informando del funcionamiento del juguete, de riesgos su uso inadecuado y de las precauciones que se deben adoptar para su utilización.
Desde Calmatopic han elaborado una guía básica para que estos padres y educadores sepan cuáles son los requisitos en los que debes fijarte a la hora de comprar un juguete:
• Etiquetado: todos los juguetes deben incluir el lugar de fabricación, nombre de fabricante o su representante en la Unión Europea. No olvides comprobar que está marcado con las iniciales CE, que indican que el producto cumple los estándares de calidad y seguridad de la Unión Europea. También debe reflejarse la edad adecuada para el uso del juguete. Aunque no es obligatorio sí se debe indicar especialmente en los juguetes destinados a los bebés y lactantes para evitar riesgos asfixia las piezas pequeñas.
• Instrucciones: estarán en el idioma del país en el que se compra el juguete y deben especificar claramente el modo de uso correcto del juguete y precauciones a tener en cuenta.
• Materiales: los juguetes estarán realizados en materiales que no se rompan fácilmente en piezas pequeñas y aguanten el ritmo de un niño. También nos fijaremos en que no contengan sustancias tóxicas ni materiales peligrosos como metales pesados en su pintura.
• Manteniento: cada cierto tiempo se revisarán los juguetes para comprobar que están en buen estado y no tienen piezas sueltas ni bordes que puedan producir lesiones. Si es un juguete que tiene pilas, asegúrate de que el cajetín donde se alojan esté bien cerrado para que no accedan fácilmente a él. Además, si no lo va a usar en un periodo de tiempo, lo mejor es quitarlas y guardarlas para evitar que se sulfaten. Dentro de esta revisión de juguetes también nos fijaremos en que estén lpios para que no se conviertan en una fuente de bacterias e infecciones. Jabón y agua caliente serán nuestros aliados para dejarlos pecables.