Recibir muchos juguetes no es algo beneficioso para ningún niño. Psicólogos y pedagogos advierten que la abundancia de regalos crea niños inmaduros e insaciables que a la larga se convierten en adultos insatisfechos. Esto es especialmente problemático en familias con algún niño con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Desde el Instituto de Rehabilitación Neurológica NeuroMadrid se recomienda no comprarles más de tres juguetes apostando así por la calidad más que por la cantidad.
No hay ningún juguete contraindicado para los niños con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad; sin embargo, a la hora de hacerles un regalo es importante tener en cuenta que a estos pequeños les cuesta más ignorar un juego o actividad para centrarse otra. Por tanto, les va a resultar difícil divertirse con un solo juego teniendo muchas más opciones a estrenar.
Marina Irazábal, experta en psicología infantil del Instituto de Rehabilitación Neurológica NeuroMadrid, propone una serie de pautas a tener en cuenta a la hora de elegir los juguetes para alcanzar de forma activa y dinámica el desarrollo físico, mental y social de estos niños:
1. Tener siempre presente que debemos elegir juegos con los que exploren, se expresen y aprendan.
2. Más que de la duración del tiempo de juego, debemos asegurarnos de su calidad. Por ejemplo, cuando es una actividad que requiere de una atención pasiva por parte del niño y que puede llevar a un problema adictivo sí que es fundamental limitar el tiempo de uso, como en el caso de los videojuegos.
3. No optar exclusivamente por juegos educativos, sino también meramente lúdicos. Los puzzles o juegos de construcciones favorecen la atención, la concentración y la quietud, igual ocurre con los libros; pero las pinturas, la pasta de modelar, y todo lo que requiera que realicen actividades manuales contribuyen al desarrollo y la expresión de la creatividad.
4. Los juegos de reglas y competición (dominó y cartas) son también muy enriquecedores para ellos: aprenden a respetar turnos, cumplir normas, anticiparse a los movimientos del oponente e incluso la tolerancia al perder.
5. Evitar concentrar los regalos a los periodos de Navidad y cumpleaños. Si se reparte la entrega de juguetes durante todo el año, se conseguirá que el niño valore más cada juguete.
En última instancia, los expertos recuerdan que los padres deben implicarse en los juego, pues si sirven de modelos de conductas adecuadas en muchos ámbitos, también lo son durante el tiempo de ocio: ayudan al niño a tolerar su frustración, a seguir las normas, les enseñan a perder o aprovechan el juego para reforzar el autoestima del niño.
‘Además, es necesario enseñarle que siempre que se empieza un juego se termina, que se recoge antes de pasar a otro y que los juguetes hay que cuidarlos’, concluye Marina Irazábal.
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