Gracias a la incansable labor de muchos profesionales, cada vez es mayor el centaje de población que está concienciado de que perder 5 kilos a la semana o someterse a una restricción calórica severa es un atentado contra su propia salud.
También ha aumentado el recelo y la sensibilidad a la hora de ponerse en manos de cualquiera que diga ser ‘experto’ en dete o nutrición, o que asuma el rol esádico de entrenador personal y revolucione al público a base de hacer el ridículo o mover sus… ‘caderas’.
Y las redes sociales son un fiel reflejo de ello. Desde hace unos años herramientas como Twitter se han convertido en el canal preferido muchos espectadores para dar a conocer en tiempo real sus opiniones sobre todo lo que se está emitiendo. En el caso de los espacios de nutrición y ejercicio, incluso con más dureza y severidad que en cualquier otro. Y no es de extrañar el peligro que supone para la sociedad someterse a situaciones peligrosas para la salud.
Uno de los programas más criticados ha sido El Método Osmin’. Expertos en Ciencias de la Actividad Física y del Dete hacían llegar un escrito al director de Mediaset España en el que le trasladaban su indignación ante su descabellado entrenamiento: la calle es tu gnasio; dieta de pescado, agua y ensalada; y nada de sexo durante 30 días.
Tampoco ha dejado indiferente a nadie el espacio de ‘El Hormiguero’ en el que Pilar Rubio propone hacer una serie de ejercicios durante 15 minutos al día y seguir sus pautas alenticias para ‘estar sanos y guapos completamente gratis’. En Twitter podemos encontrar comentarios de expertos y profesionales sanitarios que se burlan de ella y tachan de ‘cutres’ sus consejos, pero también quien denuncia a la colaboradora de intrusismo profesional o de no tener en cuenta que el ejercicio debe adecuarse a las características físicas de cada persona.
Estos son algunos de los casos que ponen de manifiesto que algo está cambiando en la sociedad. Al menos parece que ha aumentado la sensibilidad general a la hora de dejarse llevar rutinas de entrenamientos que no están supervisadas profesionales cualificados o ‘dietas milagro’ sin aval científico que generalmente conducen a situaciones de carencias que se hacen insostenibles en el tiempo y peligrosas para la salud.
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