Se suele decir que ‘el amor mueve montañas’. Y es que, en nuestra cultura tenemos más que idealizado el sentimiento amoroso. Tanto es así que muchas veces en su defensa -o mejor dicho, en su confusión-, acabamos en relaciones destructivas o insanas. Yo soy de las que creo que ‘el amor no lo puede todo’ o, al menos, el amor sin nuestra parte racional más básica. Por otro lado, existe otra cuestión también elemental para todos: la salud sexual. Aquí habría que empezar por el principio: ¿sabemos lo que es estar saludable a nivel sexual? Por supuesto, no padecer de ninguna infección de transmisión genital y, por supuesto, no vivir un embarazo no deseado. Pero hay mucho más…
El 14 de Febrero es el Día de los Enamorados. Sí, ya lo sabemos. Conocemos tantos amantes como enemigos de este día pero, ¿sabemos que esta fecha también es señalada como el Día Europeo de la Salud Sexual? Esto ya me va gustando un poco más. Ya no solo hablamos de amor en pareja (que ¡ojo!, resulta fantástico) si no que pasamos a matizar la expresión amorosa por excelencia: las relaciones sexuales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) nos habla de salud sexual en términos de bienestar físico/corporal, emocional, psicológico y también social. Esto quiere decir que la salud no solo es ausencia de enfermedad, sino que también hace referencia a la felicidad en la forma en que vivimos, nos sentimos y nos relacionamos.
Cuando hablamos de que estamos sanos sexualmente no solo nos referimos a que no padecemos una enfermedad como el SIDA, sino a que nos sentimos cómodos con nuestros cuerpos y con la forma en la que disfrutamos de las relaciones sexuales. No importan para nada las frecuencias ni los tiempos. Ni los tamaños. Ni las formas. Ni siquiera con quién nos acostamos o dejamos de hacerlo. Lo realmente importante es que nos sintamos cómodos con lo que hacemos y con lo que somos.
Por supuesto, en todo esto la autoestima y la seguridad en uno mismo resulta una pieza clave. Amarnos a nosotros mismos es el primer paso para ser amados por los demás y, en consecuencia, es la base de nuestro placer y del que podamos proporcionar a nuestras parejas sexuales.
Y a su vez, todos estos elementos van a definir irremediablemente las formas en las que nos relacionamos con los demás, interactuamos y nos comunicamos. Los sexólogos denominamos ‘erótica’ a las fórmulas propias e individuales de cada persona a la hora de expresar su sexualidad. Por ejemplo: cuando alguien habla con el sexo opuesto, cuando seduce, cuando baila, cuando se viste… ¡hasta cuando caminamos tenemos nuestras propias fórmulas únicas de nuestro sexo y de nuestra persona!
Cultivar la erótica individual, respetarnos y disfrutarla es esencial para sentirnos bien con nuestros cuerpos, nuestros sentimientos y con aquellos con los que nos rodean. Ahora bien, ha llegado el momento de preguntarle ¿qué tal está tu salud sexual?
Si ya tienes tu respuesta, me atrevo a lanzarte algunas preguntas más ¿Cuánto te preocupas por tu salud sexual? ¿La tienes en cuenta en tu día a día? ¿Tratas de mejorarla? ¿Y de sentirte más feliz en tu situación sea cual sea? Espero que tu respuesta sea positiva en todas las cuestiones anteriores. Si no es así, ya cuentas con el 14 de febrero, un día entero para reflexionar sobre ello.
Sé crítico con lo que no te gusta y manifiéstalo cuando sea necesario. Si tienes pareja es importante que ambos disfrutéis por igual de las relaciones sexuales. Habla, comunícate: tan importante es poder pedir como escuchar las peticiones del otro. Nadie nace aprendido ni sabiendo lo que le gusta a la persona con la que se encuentra. Jugar a las adivinanzas nunca es buena idea.
Cuídate, ama y respeta tu cuerpo y el de los demás. Decirnos todos los días al espejo lo guapos que somos parecerá una tontería, pero funciona. Díselo a tu pareja y a la gente que te rodea también. Verás que las cambian.
Vela por tus derechos sexuales y por los de quien te rodean. Infórmate, pregunta cuando tengas dudas, pide ayuda cuando la necesites. La mayoría de las personas a las que atiendo a consulta vienen después de llevar muchos años sufriendo, cuando el problema ya ha tomado unas dimensiones muy grandes o cuando su situación de pareja les está llevando a la separación. Yo les preguntó por qué han esperado tanto y lo único que obtengo por respuesta es el haber dejado el tiempo pasar. ¡No caigas tú también en lo mismo!
Brinda información a los más jóvenes y no dudes en intervenir cuando sea necesario, ante las injusticias y ante los conflictos de los demás. Nos quejamos de la sociedad en la que vivimos, pero pocos son los que toman cartas en el asunto. Aportar nuestro granito de arena no nos cuesta nada y es precisamente así como se acaban formando las montañas, y los cambios que pretendemos.
Con este artículo tan solo me gustaría animarte a reflexionar sobre tu salud sexual y ayudarte a que a partir de sepas cuidarla mucho mejor. Ahora, con todas estas nuevas herramientas, ¡adelante, a disfrutar de tu 14 de Febrero!
Nayara Malnero
Psicóloga-sexóloga y Directora de www.sexperimentando.es y de www.psicycorps.com.