La Cadena COPE arrastra pérdidas acumuladas de 16 millones de euros desde 2010, está inmersa en un ERE temporal, ha recortado sucesivamente los salarios en los últimos cinco años y ha despedido mediante diferentes fórmulas a unas 250 personas en cinco años. Pese a este negro panorama la emisora ha renovado a su equipo de Deportes, ha fichado a Manu Carreño y ultima la llegada de Carlos Herrera, lo que lógicamente ha generado un profundo descontento en la plantilla.
La sensación generalizada en la plantilla de la Cadena COPE es que se están sentando las bases para crear dos tipos de redacciones: la de las ‘estrellas’ con millonarios salarios y grandes privilegios –entre las que se encuentran las figuras del equipo de Deportes, algún comunicador actual y el propio Carlos Herrera si se concreta su fichaje– y de los trabajadores de a pie, que ven como sus salarios se reducen.
Entre este segundo grupo donde estaría encuadrado el grueso de la plantilla existe la sensación de que se están realizando ajustes –muchas veces injustificados- precisamente para ahorrar dinero y así poder estar en mejores condiciones para realizar nuevos fichajes. El caso de Manu Carreño de hace unas semanas fue la gota de colmó el vaso generando una importante indignación entre toda la plantilla.
Es por ello que en la emisora hay cierta preocupación por cómo explicar el fichaje de Carlos Herrera a su plantilla si es que éste se concreta. No es fácil justificar un nuevo contrato de ocho millones de euros en momentos en que se busca ajustar costes y después de un año 2014 en que nuevamente se perderá dinero.
En 2015 el mercado publicitario tampoco irá a mejor lo que hará imposible rentabilizar el fichaje de Herrera, al menos en el corto plazo. Una complicada papeleta nada fácil y que quizás explique la tardanza con que COPE está tardando en confirmar el fichaje del comunicador.
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