Seguro que en algún momento de tu vida has buscado desesperadamente el mando del televisor para no tener que ‘tragarte’ la prolonga pausa publicitaria que la cadena de turno ha metido en el momento más interesante de la película con el fin de aprovechar tu momento de máxima expectación; en algún momento o en tantos que el hecho de saltarse los bloques publicitarios ya se ha convertido en una costumbre en tu casa. Este comportamiento, extrapolado a todos los hogares del mundo, ha generado que los publicistas desarrollen estrategias más ‘llamativas’ que acaparen la atención del telespectador. Pero, ¿cómo afecta esto a nuestra salud? ¿Puede tener consecuencias psicológicas el hecho de que después de una escena relajante de una película nos coloquen un anuncio a todo volumen?
Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Marketing ha aportado datos muy reveladores sobre el efecto que, a nivel psicológico, causan en los telespectadores las nuevas ‘tácticas’ de las que se valen los expertos en publicidad y marketing para llamar la atención del personal. En concreto, el estudio se basó en comprobar cómo respondían los participantes que después de ver un angustioso drama o un documental sentimentalmente más neutro eran sorprendidos por un comercial altamente energético o entusiasta.
Los autores descubrieron que el primer grupo de individuos, es decir, aquellos que habían estado viendo una película triste y después habían seguido viendo el enérgico spot, manifestaban ansiedad y unos niveles de estrés más altos que aquellos que habían experimentado la misma experiencia tras ver un documental sobre Albert Einstein. Además, el grupo que más rechazo declaraba tampoco vio el comercial de principio a fin ni lograba recordar al anunciante. Este mismo grupo no cambión de canal cuando el spot estaba hecho en un tono más moderado.
El estudio ha sido realizado por Nancy M. Puccinelli (Universidad de Oxford), Keith Wilcox (Universidad de Columbia), y Dhruv Grewal (Babson College). Estos investigadores concluyen que ‘la sensibilidad a las emociones del consumidor ofrece a los anunciantes una oportunidad no sólo para aumentar los ingresos por ventas, sino para mejorar la experiencia del cliente en general’. En este sentido, este estudio aporta evidencia científica de que ‘si las empresas quieren que el éxito de sus comerciales sea mayor deben utilizar anuncios donde los factores sean moderadamente enérgico y evitar la emisión de anuncios entusiastas al menos durante los filmes tristes’.
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