Si bien es cierto que las nuevas tecnología nos aportan muchas ventajas, también tienen sus inconvenientes. Por ejemplo, a nivel músculo-esquelético se han empezado a descubrir daños asociados al teléfono móvil que hasta ahora se habían identificado en las consultas con lesiones típicas del ámbito laboral o deportivo. Sus síntomas son dolor, hinchazón y entumecimiento y tienen que ver con el sobreuso de la muñeca, la mano y los dedos. Prestigiosas revistas como ‘The Lancet’ lo han llamado ‘whatsappitis’.
Además de disminuir los niveles de concentración y de provocar una menor relación con la familia y las amistades, chatear continuamente puede derivar en dolores, hinchazón o entumecimiento de la muñeca, dedos, e incluso del cuello. Son patologías que, según Dra. Rosa Mª Llorca, jefa del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario HM Torrelodones, se han visto ‘desde la llegada de las aplicaciones para chatear’.
La revista científica médica ‘The Lancet’ lo llama ‘whatsappitis’. Éste es un término que define una patología emergentes: la tenosinovitis (inflamación del tendón y de la membrana sinovial que lo recubre) por utilización excesiva de WhatsApp. Afecta sobre todo a los pulgares, y sus síntomas son dolor, hinchazón y entumecimiento, que aumentan con el movimiento de los mismos.
También pueden aparecer molestias en la muñeca y en los otros dedos por el hecho de sujetar el teléfono durante mucho tiempo. Pero no son los únicos daños. Con el uso abusivo del móvil, la postura prolongada de flexión puede generar también tensión en los músculos con aumento de tono y hasta contractura que se transmite desde la región del cuello a la región dorsal. Si se prolonga la postura podría extenderse la tensión a la región lumbar. La Dra. Llorca apunta que ‘la sobrecarga nunca es beneficiosa’.
Para evitarla, la doctora recomienda seguir varias pautas:
– Escribir alternando los dedos o utilizando un lápiz para dispositivos móviles.
– No usar el teléfono de forma prolongada, es decir, hacer descansos.
– Disminuir la utilización innecesaria del teléfono y descansar el cuello y la espalda.
Si la lesión ya se ha producido, se hace intensa y perdura en el tiempo, podría ser necesaria la rehabilitación, que combinaría las medidas analgésicas y antiinflamatorias con terapia física. ‘Si el problema y el dolor se mantuvieran e impidieran realizar nuestras actividades diarias cotidianas, como peinarnos o vestirnos, existe la posibilidad de tener que recurrir a la cirugía para liberar el tendón’, señala la experta.
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