Todo apuntaba a un encuentro conciliador y al final la jornada terminó con indignación. En la tarde de ayer estaba prevista una reunión entre representantes del Gobierno, de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), pero no todos acudieron a la cita. El presidente de la RFEF, Ángel María Villar, dejó plantados a los asistentes y la indignación de su homólogo en la LFP, Javier Tebas, fue mayúscula. El encuentro pretendía desbloquear de una vez la aprobación de la nueva Ley del Deporte que incluye la venta centralizada de los derechos televisivos y debería evitar una posible huelga en nuestra competición doméstica. Pero tras el episodio de ayer ahora todo está en el aire de nuevo y no se descarta la adopción de alguna medida drástica en los próximos días.
Va a pasar a la historia como el proyecto de Ley del Deporte más longevo. Justo cuando las cosas parece que se encauzan sucede algo que vuelve a separar a los frentes. El pasado 9 de marzo se producía un hecho insólito con la inesperada unión de los organismos liderados por Villar y Tebas y la Asociación de Futbolísticas Españoles (AFE). Las tres partes firmaban un comunicado en el que instaban al Gobierno representado en la figura de Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), a la aprobación urgente de la nueva normativa que incluye la venta centralizada de los derechos deportivos, clave para la supervivencia de muchos clubes y que el Ejecutivo lleva retrasando años.
El desencuentro era enorme y la presión a Cardenal era aún mayor esta semana, porque la LFP celebraba su Asamblea Extraordinaria donde amenazaba con una huelga en nuestro campeonato doméstico de no resolverse el asunto después de Semana Santa. Tebas confiaba en llegar a un acuerdo y supeditaba las movilizaciones al resultado de la reunión convocada en la tarde de ayer en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte con su titular, José Ignacio Wert, Cardenal, Villar y el propio Tebas.
Pero algo falló en los planes de todos. Villar y la RFEF no se presentaron, a pesar de que Tebas aseguraba que el propio mandamás de nuestro fútbol le había confirmado personalmente la asistencia. El cabreo del presidente de la LFP fue mayúsculo y así lo demostró a su salida del encuentro. Para Tebas la actitud de Villar es de ser un ‘un irresponsable y un osado que está causando mucho daño a nuestro fútbol’. Además, ha considerado una falta de respeto y seriedad que después de emitir el comunicado conjunto ahora no se presenten a una reunión que pretendía desbloquear la situación, o al menos acercar posturas.
Tebas no parece dispuesto a dejar el asunto sin consecuencias y anunció al término del encuentro la convocatoria de una nueva Asamblea para el próximo lunes con los clubes y los presidentes. El presidente de la LFP añadió que ‘el fútbol español tiene que reaccionar clara y contundentemente y alejarse de los órganos de la Federación Española de Fútbol’. Esto supone que no se descarta ninguna medida como la convocatoria de esa huelga que parase La Liga. Mientras tanto, Cardenal y su nueva Ley del Deporte se irán de fin de semana como en los últimos años: bloqueadas y en el aire.
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