Son 15 y tienen diferentes perfiles. La mayoría aseguran ser unos apasionados de la cocina. Ellos van a ser los protagonistas de esta tercera edición que comenzó ayer con muy buenos datos de audiencia. Fue el estreno más visto de la historia del programa con un share del 16% y más de tres millones de espectadores.
Alberto, es el más joven de todos, tiene 18 años y estudia medicina. Su intención es crear un restaurante para personas con alergias e intolerancias. Es extremadamente perfeccionista y está obsesionado con que todo esté aséptico. Brillante estudiante de Medicina. Siente que su misión es salvar la vida de los demás o endulzarlas.
En la cara opuesta a Alberto está Encina, una mujer de 69 años, que es la más veterana de esta edición. A punto de cumplir los 70, presume de haber vivido a contracorriente. Se casó muy joven con un futbolista, se divorció en una época en que nadie lo hacía y se hizo empresaria cuando pocas lo eran. Es la abanderada de la cocina tradicional y arremete contra las modernidades.
Uno de los concursantes que más expectación levantó fue Carlos, tiene 24 años y es vendedor ambulante. Su padre le define como un ‘cataguisaos’. Su tiempo lo dedica a vender por las calles quesos y jamones, a entrenar en el gimnasio y a estudiar cocina, aunque tanto trabajo apenas le deja tiempo para sus clases.
Antonio es de Sevilla, tiene 26 años y se considera charlatán, simpático y muy brillante. No le fue bien en los estudios y cambió de opción varias veces hasta desembocar en una profesión en la que se siente frustrado.
Víctor es de Málaga y es empresario. Ha vivido varias vidas en una. Mientras estudiaba Publicidad, pasó varias temporadas viviendo en Australia y en Inglaterra trabajando de camarero, vendió libros como comercial y, hace menos de un año, montó una empresa con su mejor amigo. Anteriormente, había triunfado por medio mundo como jugador internacional de póker.
Sally viene de Ciudad Real. Es de Paraguay y es una auxiliar de óptica de 31 años. Abandonada por su madre y adoptada por unos tíos, que nunca la acogieron en la familia, a los 14 años terminó en las calles. Trabajando en el servicio doméstico, fue cuando encontró el cariño de una jefa que se ocupó de ella. Le dio estudios y le inculcó un amor por la cocina. A la muerte de su jefa, Sally emigra a España.
Fidel, es alicantino y tiene 35 años. Se crió en un orfanato hasta los 18 años y, al salir, ingresó en la Armada. Trabaja como camarero, mientras espera ansioso llegar alguna vez a trabajar en la cocina. Ve en ‘MasterChef’ la oportunidad que la vida le ha negado desde niño.
Sara es una profesora de Barcelona de 27 años. Vive su entrada en ‘MasterChef’ como la única baza que le va a dar la vida para ver cumplido su sueño de ser cocinera.
Pablo es valenciano y tiene 26 años. Tiene dos pasiones: la cocina y las artes marciales, convirtiéndose repetidas veces en campeón de España de Tai-Jitsu. Su abuela le descubrió los sabores tradicionales. No se considera un verdadero cocinero, pero está dispuesto a poner la misma energía que emplea sobre el tatami para aprovechar todas las enseñanzas que le brinda el programa.
Mireia es de Murcia, con 33 años no sabe decir que no. Siempre es la primera en ayudar a los demás y de este altruismo nace su vocación política, que le ha llevado a ser concejala. Actualmente trabaja como educadora en una ONG ayudando a niños en riesgo de exclusión social y es voluntaria en una asociación de ayuda a personas con autismo.
Andrea es una de las más jóvenes, tiene 22 años es de Barcelona y es estudiante y modelo. Confecciona una lista que ordena en función de la calidad y el precio de los diferentes restaurantes que visita. Además, le apasiona recorrer los mercados en busca de los productos necesarios para reproducir los platos en casa.
Valencia es una de las ciudades top en este ‘Masterchef’. De esta ciudad llega Mila, con 58 años, Cree que todo lo que ha conseguido en la vida es por trabajar duro. En la pasada edición de MasterChef se quedó a las puertas y se prometió a sí misma que lucharía para conseguir entrar, y así ha sido.
Desde Pamplona llega Raquel, que con 32 años ha cambiado de profesión dos veces hasta convencerse de que solo será feliz cuando trabaje en una cocina. Siente que ‘MasterChef‘ es la pasarela a una profesión que le haga sentir las ganas de trabajar.
La única gallega de esta edición es Lidia, de Pontevedra. Acostumbrada a cocinar con productos ecológicos de su huerta, apuesta por platos cuidadosamente medidos nutricionalmente. Está dispuesta a demostrar que la cocina saludable no conlleva una cocina menos sabrosa. Directa, competitiva y adicta al estrés.
Kevin es de Bélgica y con 22 años es camarero y también modelo. El año pasado abandonó la carrera de arquitectura para estudiar cocina, tras descubrir su auténtica pasión. Modelo en ocasiones y camarero para pagarse sus estudios, es un loco de los deportes, especialmente del vóley.
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