Desde el nacimiento de la robótica quirúrgica hace unos 15 años, los robots se han incorporado en muchas áreas de la Medicina para ayudar a médicos y cirujanos a evitar errores e imprecisiones en sus maniobras. Campos como la cirugía cardíaca, ginecología, endocrinología, oftalmología y urología han sido los que más prisa se han dado en integrar esta tecnología porque han descubierto que supera marcas humanas de precisión rigurosa para los cirujanos, como el temblor en las manos. Pero además, ofrecen una imagen más nítida de la operación y tienen la capacidad de miniaturizar los movimientos y acceder a lugares difíciles.
Sin embargo, aunque los especialistas están de acuerdo en que el avance de la robótica puede cambiar el mundo del quirófano, el desarrollo de esta compleja tecnología supone un importante esfuerzo inversor. Esto supone el mayor obstáculo para seguir avanzando.
Precisamente por esta es una de las razones por las que Google se ha asociado con Johnson & Johnson. Esta asociación estratégica, cuyos términos financieros no han sido revelados, apunta al desarrollo de una plataforma de robots quirúrgicos entre Ethicon, una filial de J&J, y el grupo de Mountain View. ‘Juntos queremos dar a los equipos médicos de todo el mundo la mejor tecnología’, explica Gary Pruden, uno de los responsables de J&J.
El acuerdo depende ahora de la aprobación de la Comisión Federal de Intercambio y el Departamento de Justicia, que deben ratificar que no se incumplen las normas sobre prácticas anticompetitivas ni se afectan los derechos de los consumidores.
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