¿Os imagináis que se pusiera en circulación una moneda biodegradable con una semilla dentro y de la que brotase una rosa después de pasar por las manos de personas que han ayudado y han recibido ayuda de otras? Pues no hace falta que pongáis a volar vuestra imaginación. Esta idea ya la convirtieron en realidad hace dos años un grupo de amigos que querían ‘mejorar el mundo en el que vivimos’ y dar a conocer ‘las buenas cosas que pasan a diario’. Hoy por hoy ha conseguido generar más de 130.000 actos de bondad en más de 70 países.
‘Cuando nos hacemos mayores perdemos la capacidad de dar sin esperar nada a cambio; sin embargo, todos podemos hacer pequeñas acciones para mejorar el mundo’, subraya Anna Closas, cofundadora de la startup The Social Coin. Esta fue la convicción que la llevó a crear, junto a un equipo de amigos y desarrolladores, el proyecto que hoy en día moviliza a miles de personas en el mundo y que consiste en ir utilizar una moneda de plástico para ir trazando una cadena de favores entre los individuos de una sociedad.
The Social Coin Anna Closas En una entrevista emitida en Digitalmente Saludable, con la colaboración de Campus Sanofi, la experta explica que esta moneda orgánica simboliza acciones desinteresadas y que ‘que traza todas las cosas buenas que van pasando en el día a día de las personas’.
Pero ¿cómo puede utilizarse esta plataforma en un proyecto de salud? Anna Closas apunta que The Social Coin ‘podría mejorar el optimismo de los pacientes, trazar historias positivas pasadas dentro de una institución sanitaria o crear comunidad dentro de un centro sanitario’. La experta destaca que la gente que vehicula las monedas por todo el mundo siembra semillas en sí misma de optimismo y de felicidad. ‘Creemos firmemente que ser más felices mejora la salud de las personas’, concluye.
