Juan Luis Cebrián se ha convertido en los últimos meses en uno de los consejeros privilegiados de Moncloa en materia de medios de Comunicación. El Presidente del Grupo Prisa reporta directamente a la Vicepresidenta de Gobierno Soraya Saénz de Santamaría a quien sugiere la forma en que tiene que relacionarse con diarios, televisiones y radios. Evidentemente no lo hace gratis.
Dentro de sus asesorías se encuentra el tema audiovisual y cómo no, el reparto de cadenas en el nuevo concurso de TDT. El presidente de Prisa está directamente implicado en el diseño del nuevo panorama audiovisual, con seis nuevas licencias que sustituirán previsiblemente a las ocho que el Supremo cerrará en las próximas semanas. En este nuevo panorama es clave generar un equilibro político y favorable al PP. La tan anunciada ‘pluralidad’ que permanente invoca el Ejecutivo.
En este nuevo contexto Moncloa asume que no puede hacer nada en el cierre de ocho cadenas que deberá fallar el Supremo en las próximas semanas por lo que estas seis nuevas licencias vendrían a compensar la pérdida para los dos grandes grupos: Atresmedia y Mediaset. En esta lógica se quedarían con dos cadenas cada una. Tienen el 90% del mercado publicitario y más del 50% de la audiencia por lo que no conviene enemistarse frontalmente con ninguna de las dos.
Quedan por tanto dos licencias en liza y demasiados pretendientes. Los interesados que extraoficialmente han manifestado su interés son 13TV, Secouya, Veo TV-Discovery, Net TV-Paramount, Mediapro y Prisa. Desde hace meses se da por hecho que al menos una licencia irá a parar a 13 TV, quizás la cadena más fiel al PP en los tiempos más duros del Caso Bárcenas. Por tanto, está cantado que los Obispos tendrán su ansiada TDT dejando sólo una licencia vacante.
La última licencia se estaría reservando para Prisa. El Grupo acaba de vender Digital Plus y antes cerró Localia, sus teles locales, y vendió Cuatro. Con estos antecedentes no tiene ninguna lógica que Cebrián intente pujar por una nueva cadena, pero da igual. Cebrián lo la quiere para hacer televisión ni para liderar ningún proyecto de producción audiovisual. Ahora que Prisa ha entrado en beneficios sería estúpido emprender nuevos negocios.
Lo que sabemos es que Cebrián quiere la nueva frecuencia para alquilarla a alguna ‘major‘ extranjera. El Presidente de Prisa ve con envidia los balances de Unidad Editorial y de Vocento que ingresan al menos dos millones de euros anuales por cada licencia alquilada, una facturación además limpia de gastos. Incluso sabemos que Cebrián ya ha ofrecido esta licencia a partners internacionales. Veremos si finalmente Moncloa le bendice. Cebrián cree que sí.
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