Esta semana la Cadena SER ha vuelto a ser noticia por las movilizaciones y huelga de 24 horas de sus emisoras de Euskadi que protestaban por el imprevisto despido de cuatro de sus compañeros. Eran cuatro redactores históricos muy valorados por la plantilla y con más de diez años en la emisora, lo que demuestra que nadie está a salvo de los planes de ajustes de costes de la emisora de Prisa que públicamente ha dicho que no pude comprometerse a que no realizará más despidos en regiones.
No obstante, los trabajadores de plantilla son sólo una parte del problema ya que los grandes olvidados son otros. Nos referimos a los ‘colaboradores’ o empleados que trabajan en precario en las diferentes delegaciones de toda España. En Madrid, donde ayer se solidarizaron con un minuto de silencio por sus cuatro compañeros despedidos, encontramos la mayor estabilidad laboral de toda la cadena.
La mayoría tienen contratos fijos y sueldos más altos de la media, aunque con muchos colaboradores y ‘falsos autónomos’, que la cadena está intentando reducir a raíz de la inspección del trabajo del año pasado. Esto no quiere decir que la estabilidad laboral de Madrid sea la óptima, pero si se compara con el resto de las emisoras de España cuenta con mejores condiciones según ha podido saber prnoticias después de conocer la realidad de varias provincias.
El hilo conductor de estas emisoras, muchas de las cuales son asociadas a Cadena SER, es la precariedad entendida en el sentido más fiel del término. Un buen puñado de ellos son colaboradores pero con horario de contratado y el resto son trabajadores contratados de manera temporal y que llevan encadenando contratos de seis meses durante varias temporadas. Con ello, la empresa se asegura poder despedirlos cuando la facturación comience a reducirse y no acumular antigüedad para un hipotético despido.
Es la flexibilidad laboral del mercado del trabajo que tanto critica la propia SER y los medios de Prisa en sus diferentes formatos. Y es que la realidad y el ‘glamour’ de Madrid no tiene nada que ver con la realidad en provincias donde los vaivenes de la inversión publicitaria, el desplome de la inversión institucional local ha arrasado con un sector productivo y en especial con el tejido regional de Cadena SER, el más extenso y con mayor número de emisoras de toda España.
Y son precisamente éstos trabajadores los más preocupados con esta nueva oleada de despidos, ya que saben que sus contratos son temporales y que a la mínima reducción de presupuestos serán los primeros en abandonar la emisora. No obstante, son los que menos tienen voz y probablemente tampoco entren en los planes de los Comités de Empresa. Y lo peor es que por el carácter de sus contratos ni siquiera computen como despidos si es que se prescinde de ellos y por tanto no son contabilizables.