El deporte en abierto tiene los días contados. Lo tiene en las cadenas generalistas que desde hace tiempo rechazan muchos contenidos deseados en el pasado como la Europa League, el Mundial de Motociclismo íntegro, el partido en abierto de la Liga BBVA o la Fórmula 1. Sólo La Roja y la Champions mantienen el interés masivo de la audiencia y tienen por el momento garantizado su futuro sin necesidad de que el espectador pase por caja para verlos.
Ahora esta tendencia se extiende a las autonómicas como TV3. Muchas de ellas ya renunciaron durante estos últimos años marcados por la crisis a contar con retransmisiones deportivas para su ámbito territorial cuando ya eran emitidos por una de las grandes cadenas en abierto. Fue una moda de derroche y contratos ‘entre amigos’ que Ada Colau tiene intención de finiquitar si finalmente se convierte en Alcaldesa de Barcelona.
Según desvelaba el pasado jueves el diario El Mundo en su edición impresa Colau no está de acuerdo con algunos de los últimos contratos firmados por todavía alcalde en funciones, Xavier Trias, para TV3. En su punto de vista estaría el rescindir, entre otros, acuerdos relativos a la Fórmula 1 o el Torneo de Tenis Conde de Godó.
La noticia se produce sólo unos días después de que la televisión pública catalana anunciase junto a Mediaset y a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) un acuerdo para la retransmisión de la final de la Copa del Rey del pasado sábado que también era emitida por Telecinco. Un contrato ampliable además a los partidos de la Supercopa de España y prorrogable las dos próximas temporadas si el FC Barcelona disputada la última ronda de dichas competiciones.
Terminar con el gasto en derechos deportivos compartidos cuando existe una televisión generalista es algo que muchos reclaman desde hace tiempo. Lo consideran un derroche innecesario y cuya repercusión o retorno no alcanza la inversión realizada. Sin embargo, algunos de los responsables que critican esta situación son los que negocian la cesión de dichos derechos para el ámbito autonómico, algo que justifican bajo la perspectiva de que son gestores con objetivos empresariales.