El pasado sábado 13 de junio se cumplía el plazo para presentar las candidaturas a las elecciones al cargo de presidente del Consejo General de Enfermería y para conseguir el apoyo de, al menos, quince colegios provinciales de enfermería para poder ser elegible. Hasta ese mismo día, Victoria Trujillo era la única profesional que había hecho pública su intención de presentarse a las elecciones de Enfermería. Tres días después, sigue sin saberse si alguien más se postula para representar a la Enfermería en el máximo órgano de gobierno de la profesión. Este oscurantismo también se cierne sobre la información que respecta a los avales colegiales. ¿Cuántos se han recibido? ¿A quién proponen?
El hermetismo es absoluto. Tanto la Comisión Ejecutiva como el departamento de Comunicación del Consejo General de Enfermería guardan silencio sobre la ‘incómoda’ situación que afecta al que durante los últimos 27 años ha ostentado las funciones de presidente en la sede de Fuente del Rey. Ni siquiera el aluvión de mensajes, críticas o preguntas que han recibido a través de las redes sociales les ha hecho reaccionar. El propio director de Comunicación del Consejo, Íñigo Lapetra, se disculpaba el pasado domingo del retraso en la contestación por haber estado ‘de plan familiar’ durante este decisivo fin de semana.
Sobre las preguntas referentes al proceso electoral en el que se halla inmersa la institución, solo informó de que están a la espera de recibir las propuestas depositadas en las oficinas de Correos antes de las 14:00 horas del día 13 de junio. Sus tuits tampoco aportan la información que solicitan quienes se interesan en conocer los nombres de las personas que están velando por la rectitud del proceso o por el cumplimiento de todos los requisitos. Mucho menos, sobre los miembros de la mesa electoral.
Victoria Trujillo, la única candidata que ha hecho pública su intención de aspirar al cargo de Presidente denunciaba a través de su perfil en Twitter todo este ‘oscurantismo’ y ‘despropósito’ en el proceso y el trato recibido hacia ella y cuatro de sus compañeros cuando se dirigieron al Consejo para registrar su candidatura. A través de un tuit, denunciaban con bastante sentido del humor que el servicio de vigilancia del Consejo no les habían permitido acceder en grupo a la sede de Fuente del Rey: ‘Los Rosales del CGE están bonitos, confirmado por la observación directa tras los barrotes’.
Ante esta situación, muchos tuiteros se preguntan qué es lo que teme el equipo que a día de hoy se sienta en los despachos del Consejo de Enfermería. Les guste o no, la carrera hacia la presidencia continúa y Victoria Trujillo no se dará fácilmente por vencida. Más en estas elecciones en las que el Tribunal Supremo no ha dado plena validez a toda la documentación con la que Máximo González Jurado quiso camuflar su falta de actividad profesional como enfermero.