La última sesión de control en el Congreso de los Diputados ha vuelto a servir de plataforma para que el Partido Popular confirme su respaldo al director de Radio Televisión Española, José Antonio Sánchez. En esta ocasión ha sido Cristóbal Montoro quien ha salido al frente de las críticas que recibió el presidente de la corporación pública después de declarar públicamente que es votante del Partido Popular.
Tras varias semanas en las que tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría han defendido de manera pública a José Antonio Sánchez, hoy ha sido el turno del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien ha asegurado ‘sentirse orgulloso’ de que en España exista la posibilidad de que ‘cada persona pueda expresar públicamente el sentido de su voto’. Así ha respondido a la pregunta del diputado del grupo parlamentario Entesa, Jordi Guillot, en la que le insistía en si Sánchez tiene el perfil idóneo para presidir la corporación pública.
Montoro ha seguido la misma línea que su partido había marcado semanas antes, continuando con la defensa a ultranza del presidente de RTVE y ha hecho hincapié en la libertad que existe en nuestro país: ‘Yo estoy muy orgulloso que en España se vote libremente y que cualquier persona pueda expresarlo públicamente’. Ante la insistencia de Guillot, catalogando de ‘desfachatez’ las palabras de Sánchez: ‘Un presidente de una institución puede votar lo que quiera, pero no es razonable que el presidente de un ente público que tiene que preservar la pluralidad de algo tan delicado como la radiotelevisión no solo se dedique a manipular y sea un mercenario de la manipulación, sino que afirme que lo hace convencido porque es un hombre del PP’. Con este debate, se ha continuado una polémica que viene de lejos y que se desató después de que José Antonio Sánchez reconociera abiertamente que era un votante convencido del Partido Popular. Desde este hecho, han pasado ya dos semanas, pero distintos grupos de la oposición siguen insistiendo en la gravedad de su discurso.
