José Ignacio Wert era relevado de su cargo de Ministro de Educación, Cultura y Deportes a última hora de ayer quizás esperando que el revuelo mediático fuese menor. Nada más lejos de la realidad ya que la sustitución del ministro peor valorado del gobierno y probablemente el más odiado por la mayor cantidad y diversidad de sectores ha sido portada de todos los medios de Comunicación. ¿Su legado? Prácticamente ninguno, con una Ley de Propiedad Intelectual que todavía no se desarrolla, una venta centralizada que tardó cuatro años en ver la luz, un IVA cultural criticado por todo el mundo y una reforma de la Educación que nadie quiere.
Soberbio, intolerante, faltón, irónico. Son solo algunos de los calificativos que se ha ganado a pulso el saliente Ministro de Educación, Cultura y Deporte, un hombre de partido que garantizó fidelidad absoluta a Mariano Rajoy, pero que en el camino se olvidó de su principal tarea: ayudar al sector a desarrollarse y a abandonar la crisis económica. Probablemente cegado por los intereses del partido, de Moncloa y por los suyos propios, José Ignacio Wert hizo justamente lo contrario de lo que todo el mundo le pedía: barrer para casa y olvidarse de cualquier tipo de consenso. Y es que no es casualidad que fuese el ministro peor valorado, porque además de despreciar el diálogo con todos los actores involucrados, les repudiaba constantemente y dedicaba frases llena de cinismo e intolerancia a cada uno de los que le criticaban. Wert fue el Ministro que dijo que la selectividad no funcionaba, que el sistema de becas favorecía a los que no querían estudiar y que quienes criticaban la subida del IVA cultural eran actores millonarios que sólo querían más beneficios fiscales.
En la retina de muchos quedaba su labor de tertuliano de TVE, ese tertuliano que defendía al Partido Popular y apoyaba a Mariano Rajoy en todas sus decisiones. No obstante, su labor en el Ministerio no fue muy diferente, como palmero monclovita. Su balance y legado es escaso y deja mucho que desear. Se centró principalmente en poner en marcha una nueva Ley de Educación que lógicamente puso en su contra desde rectores de universidades, alumnos y también a profesores. Desatendió las carteras de Cultura y Deportes, pero dejó su impronta con un discutido IVA cultural, una Ley de Propiedad Intelectual odiada por todos los internautas y que todavía no se desarrolla completamente.
¿Y en el Deporte? Para el final de la legislatura dejó la aprobación de la venta centralizada de los derechos televisivos de los clubes de fútbol, una normativa que negoció directamente Miguel Cardenal, el secretario de Estado del Deportes pero a la que Wert le hay puesto la firma. Esta Ley que debería mejorar la recaudación de los clubes, todavía es discutida por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), una disputa que deberá resolver el nuevo Ministro.
Ahora toca el turno de Íñigo Méndez de Vigo, según los medios un europeísta que tiene mucha mejor prensa que su antecesor. Tendrá una papeleta difícil con demasiados frentes abiertos y muy poco tiempo para solucionarlos, menos de seis meses que es lo que le queda de legislatura al Gobierno del Partido Popular ¿Intentará acercarse a los actores?, ¿Al mundo de la Educación?, ¿a los internautas? Son los tres grandes ejes en los que deberá girar su política.