Se llama Andrés García Boñal, un talaverano que, cansado de chocar continuamente con todos los peatones zombies que van enganchados a su móvil, acaba de inventar un accesorio para sus smartphones. El invento es muy sencillo: está formado por dos espejos enganchados en el frontal del teléfono a través de una especie de pinza que, gracias a que están enfrentados, permiten a los usuarios que no pueden despegar la vista de sus pantallas disfrutar de las redes sociales sin sufrir ningún percance cuando van caminando. Porque está claro que los problemas de seguridad vial se han incrementado desde la llegada de los teléfonos inteligentes a nuestras vidas.
En China ya han creado carriles específicos para estos peatones zombies, por lo que Boñal no ha querido ser menos con nuestro país. Su objetivo es el de solucionar este problema creciente sin que las administraciones de cada ciudad tuviesen que realizar un gran desembolso económico en sus calles para crear carriles similares a los del país asiático. Este vigilante de seguridad de 42 años dio vueltas a su idea hasta crear un accesorio que permite ver al usuario lo que tiene delante sin tener que levantar la mirada del móvil. Está formado por dos pequeños espejos enfrentados, agarrados por un brazo, que hacen posible mirar al frente sin levantar la cabeza del smartphone.
El invento de Boñal se instala en el frontal de los teléfonos inteligentes para que, según caminen los peatones zombies, puedan conocer qué ocurre en diferentes ángulos de su trayectoria gracias al reflejo de los espejos y evitar, por tanto, tropezones, caídas o provocar algún incidente de peor índole. La idea surgió, según Andrés García Boñal, porque ‘vi que muchos jóvenes caminan por la calle pendientes de su móvil y atropellan a otros peatones sin darse cuenta’. Por lo pronto, ya lo ha registrado en la Oficina Española de Patentes y Marcas y confía en que este invento acabe contando con el apoyo de algún inversor que le permita mejorarlo y convertirlo en un dispositivo más ergonómico.
