Dicen que el rol del paciente, dentro del sistema sanitario, ha cambiado en los últimos tiempos sobre todo con la llegada de Internet. Éste, y la relación con su médico. De hecho, se afirma que la confianza mostrada hacia el profesional de la medicina ha disminuido. Ahora se les ve como expertos que están obligados a darles una cura satisfactoria. Nada más. Y es que, gracias al entorno 2.0, los pacientes están más informados y, con ello, se han vuelto más exigentes. Se han convertido en expertos, capaces de alejarse de su zona de confort para dar un paso más en su patología, además de tratar de ayudar a otros pacientes en su lucha.
Un gran paso para el paciente
Como decíamos, hablamos del paciente experto…. O impaciente o, más bien, ePaciente. Todos son términos que ya se le han atribuido y que, como decíamos, se refiere a esa persona que: ‘ además de informarse, colabora con los profesionales sanitarios y busca la mejor formación e información para sí misma’. Estas últimas palabras corresponden a Dani Royo, el cual nos explica la nueva actitud, muy presente en la actualidad y que el practica como paciente con Diabetes Tipo 1. En la entrevista concedida al programa Digitalmente Saludable, emitida con la colaboración de Campus Sanofi, advierte que este modelo de paciente se siente ahogado por un sistema que, a su juicio: ‘sigue siendo muy paternalista’. Todo gracias a unos médicos que: ‘no creen que el paciente pueda aportar una información fiable’. Además, y haciendo suyas unas palabras del doctor Joan Carles March, Director en la Escuela Andaluza de Salud Pública, nos comenta: ‘el paciente es el recurso menos utilizado del sistema y menos usado en la consulta, pues el espacio para que pueda opinar es diminuto’.
No toda la información es útil
Lo que tiene claro, y por ello insiste en su defensa, es que se puede conseguir una sociedad en la que haya más pacientes expertos: ‘hay que empezar a trabajar por cambiar el sistema sanitario porque es lo que falta por cambiar’. Eso sí, aclara que se debe dar un uso responsable a las nuevas tecnologías que nos aportan los conocimientos, ya que no todas son válidas: ‘cuando leemos un prospecto de un medicamento, vemos que contempla contraindicaciones que son improbables que nos ocurran. Con la información que podemos leer en Internet pasa lo mismo. Hay que consultar al médico cuando tengamos dudas y acudir a él con información que saquemos de páginas webs serias y que enlacen con evidencias científicas’. Por ello, se debe tener una buena comunicación con el profesional. Siempre.
