‘El Mundo’ está inmerso en una gran revolución digital que de momento incluye un completo rediseño de su web, de sus aplicaciones y de su quiosco digital. El propio director David Jiménez está pilotando estos cambios de la mano de Javier Cabrerizo que además lleva un poco más de un año realizando estudios previos para esta revolución. El problema es que esta serie de innovaciones –cambio de sistema de trabajo incluido- no están tomando en cuenta en absoluto el papel, lo que ya está generando descontento en los redactores históricos del diario.
¿Qué pasará con ‘El Mundo’ en papel? Es la pregunta que muchos se hacen dentro de Unidad Editorial. Buena parte de la plantilla del diario todavía no asume que la compañía apostará por los contenidos y no por los formatos y creen que la revolución digital que se prepara en los despachos terminará perjudicando al papel y a su actual realidad. Todos saben que el papel es cada vez menos atractivo para los lectores, pero los históricos de ‘El Mundo’ creen que se está subestimando su influencia política y su peso en la agenda social.
En Unidad Editorial el gran proyecto es reducir el papel al mínimo y lograr que sus ingresos por publicidad -y por ventas- sean mayoritariamente mediante los formatos digitales. Una vez dado este salto el papel, desde el punto de vista comercial, carecerá de sentido y por tanto podrá quedar relegado en un segundo plano. Es por ello que los esfuerzos se están centrando en buscar mejores emplazamientos publicitarios en internet y en móviles para poder cobrar más por la publicidad digital, una asignatura pendiente hasta el momento.
Una lógica que no se entiende en buena parte de la plantilla de ‘El Mundo’. Primero porque creen que se puede compatibilizar perfectamente con el papel y segundo porque consideran que el peso político de los diarios radica precisamente en las ediciones impresas. También creen que todo es complementario y por eso echan en falta algún proyecto en concreto para el papel que se encuadre y sea compatible con los profundos cambios que se están poniendo en marcha en el resto de formatos.
Esto ha seguido generando resquemores contra David Jiménez, el nuevo director de ‘El Mundo’ del que dicen ‘solo tiene ojos para internet’ y a quien no le parece importante el legado de 25 años de papel. En efecto, Jiménez parece estar centrado casi en exclusiva en sus proyectos digitales dejando en Iñaky Gil toda la responsabilidad del diario impreso, de sus exclusivas y de su día a día.
Estas diferencias podrían acrecentarse cuando la empresa haga público a la vuelta de vacaciones el nuevo sistema de trabajo de ‘El Mundo’, con turnos, secciones y distribución de plantilla centrada en la edición digital. En resumen lo que se intentará es que todos trabajen generando contenidos, olvidándose del soporte en que sean difundidos. De esta manera, la mayoría de los temas se privilegiarán para internet, dejando el papel en un plano más cercano al análisis y quizás a las exclusivas más políticas.
