El canon de belleza de nuestra sociedad sigue siendo estar moreno. Y, aunque ya existe una tendencia en la población que defiende que lucir bronceado no está reñido con exponerse al sol de forma responsable, todavía hay muchas personas que se niegan a comprender la importancia de utilizar una protección adecuada frente a los rayos ultravioleta y de evitar los horas más nocivas para nuestro organismo. Para hacerles entrar en razón se han lanzado miles de campañas de concienciación y prevención con información sobre el melanoma y sus factores de riesgo. Sin embargo, ¿han demostrado ser efectivas y cumplir con su principal objetivo de evitar la aparición del melanoma?
Esta fue una de las preguntas que se hicieron los pacientes de melanoma, familiares y profesionales sociosanitarios que se reunieron en la jornada Melanoma: Visión 360°. Diálogo entre pacientes y profesionales, organizada por Fundación MÁS QUE IDEAS, junto con la Asociación de Afectados de Melanoma y Cáncer de Piel (aAMelanoma) y el Grupo Español Multidisciplinar de Melanoma (GEM). Ellos llegaron a la conclusión de que las campañas de concienciación y prevención del melanoma suelen dar resultados a largo plazo (20 años aproximadamente), lo cual dificulta su evaluación. Lo que sí se sabe es que, aunque cada vez hay más información al respecto, los datos demuestran que la incidencia está aumentando.
Ante esta alarmante situación, propusieron varias medidas. Dedujeron que las campañas podrían resultar más efectiva cuanto más específica sean para cada grupo de riesgo. Por tanto, consideran oportuno adaptar cada campaña a las características particulares (edad, cultura, creencias…) del público al que vaya dirigida. Se incidió en que para que las campañas sean más efectivas deberían mostrarse en ellas el cambio físico que produce el melanoma y realizarse a lo largo de todo el año. Un mensaje que deben trasladar todas y cada una de ellas es que se debe acudir al médico ante cualquier cambio en una lesión cutánea.
Durante la reunión también se intentaron identificar soluciones a los retos en el ámbito de la prevención, diagnóstico y abordaje del melanoma. Y es que, aunque se ha avanzado mucho en el conocimiento de este tipo de cáncer, la incidencia del melanoma está aumentando y los pacientes diagnosticados en etapas avanzadas presentan un mal diagnóstico. Así, la prevención (tanto primaria como secundaria) se convierte en uno de los objetivos primordiales a la hora de hablar del melanoma. En cuanto a la prevención primaria, es necesario incidir en los peligros que entraña una exposición al sol sin protección o mediante métodos artificiales, como los rayos UVA. Por otro lado, es necesario promover el autoexamen de la piel, en especial en personas con antecedentes personales o familiares de melanoma. La prevención secundaria, basada en el diagnóstico y tratamiento precoces, debe mejorarse a través de la identificación de los pacientes de alto riesgo (pacientes con antecedentes familiares, inmunodeprimidos o lesiones pigmentarias en la piel, entre otros) y realizarles un seguimiento periódico, siendo conveniente fomentar el autoexamen de la piel.
Por otro lado, se indicó que Internet y las nuevas tecnologías son herramientas básicas de información para pacientes, pero siempre y cuando se utilicen con prudencia y validando las fuentes de donde provienen los datos. En general, en el coloquio se puso de relieve que, aunque mediante las redes sociales o las nuevas tecnologías pueden favorecer el contacto entre pacientes con melanoma o incluirles en iniciativas que mejoren su calidad de vida, nunca deben sustituir a los beneficios que produce el trato personal entre pacientes. En referencia a las aplicaciones móviles, los expertos estuvieron de acuerdo en que son útiles para favorecer el conocimiento de la enfermedad y adherencia al tratamiento por parte de los pacientes, y facilitar el diagnóstico y evolución de la enfermedad para los profesionales médicos.
