Vale más una imagen que mil palabras, sobre todo cuando se intenta concienciar sobre las perjudiciales y silenciosas consecuencias de un hábito poco saludable. Tal es el caso de la irresponsable conducta de fumar durante el embarazo. Durante años se ha insistido en lanzar campañas antitabaco basadas en estrategias como el refuerzo emocional negativo, es decir, en mensajes basados en que el tabaco contiene más de 7.000 sustancias químicas, incluyendo algunas verdaderamente peligrosas como el cianuro, el plomo y al menos 60 compuestos que causan cáncer; un cóctel tóxico que entra en la corriente sanguínea de la embarazada y contamina la única fuente de oxígeno y nutrientes del bebé. Sin embargo, hasta ahora no se ha podido ver con exactitud cómo reacciona un feto a este dañino vicio de su madre.
La doctora Nadja Reissland, de la Universidad de Durham, ha publicado un estudio en Acta Paediatrica en el que monitoriza las imágenes 4D de bebés de 20 madres fumadoras para compararlas con las imágenes de bebés de madres no fumadoras. Su objetivo era observar con la mayor exactitud posible cómo reaccionaban estos bebés durante las diferentes etapas del embarazo en vientres de mujeres que fumaban hasta 14 cigarrillos diarios. El resultado de su estudio es, cuanto menos, impactante. Todos los bebés de este estudio nacieron sanos y con un peso adecuado; sin embargo, en el escáner se observaron evidentes signos de estrés e incomodidad durante los meses que permanecieron en el vientre de sus madres. Las muecas de desagrado y la elevada frecuencia con que se tocan la cara y mueven la boca chocan con la actitud reposada y placentera de los bebés de madres no fumadoras.
La científica autora de la investigación lamenta que, pese a que existen miles de estudios que evidencian los daños que puede ocasionar el tabaco en el futuro bebé y pese a que las madres llevan años siendo bombardeadas por miles de mensajes y por información que les aconseja evitar el consumo de cigarrillos, aún haya un porcentaje muy elevado de mujeres (que roza el 50%) que priorizan el placer de fumar a la salud de su bebé. No obstante, espera que estas imágenes sirvan para evadir a muchas futuras madres de mantener sus dañinos hábitos tabáquicos durante el embarazo y la lactancia, pues la evidencia científica también ha demostrado que la nicotina se concentra en la leche materna.
