Desde que el día 1 de julio la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) abriese el plazo para que las oficinas de farmacia pudiesen comenzar a vender medicamentos sin receta a través de Internet, muchos han sido los establecimientos que han solicitado a las autoridades competentes de sus comunidades autónomas la acreditación para que los consumidores no tengan ninguna duda de la seguridad de sus pedidos. Dos meses después de oír el pistoletazo de salida, algunos expertos han querido analizar la situación y desenterrar los ‘trapos sucios’ de una medida que los medios de comunicación anunciaron en su día como una gran oportunidad para mejorar las cuentas de la farmacia.
Isabel Marín Moral, abogada especializada en Derecho Farmacéutico-Sanitario y Derecho de las Nuevas Tecnologías, publica un interesante post en la web ‘Club de la Farmacia’, de Almirall. En él subraya que ‘el espíritu de la norma y lo que realmente se está aceptando son cosas totalmente dispares’. La experta lamenta que se haya perdido una gran ocasión de hacer las cosas bien en la venta online de medicamentos sin recetas, pues al final todo se ha convertido ‘en otra forma de vender, pero sin asistencia ni consejo farmacéutico’. Y se hace reflexionar: ¿Qué diferencia habría si se vendiera desde un sitio que no sea farmacia? Un supermercado, una gasolinera…
En concreto, denuncia la falta de asesoramiento personalizado previo, algo contemplado en art. 3.1.de la recién estrenada Ley de Garantías y Uso racional del Medicamento. ‘Es una quimera. Lo que hacen las farmacias es dar el prospecto e información del medicamento, que no es consulta en sí’. No menos contundente se muestra al describir los fallos en la colocación del logotipo obligatorio. El RD 870/2013 especifica que el logotipo deberá estar visible en cada una de las páginas del sitio web, ‘pero resulta que en más de una farmacia sólo aparece en una página (algunas veces muy pequeño) y en las demás páginas con medicamentos no hay logo’. Isabel Marín recalca que ‘el logo se pone como se quiere’.
También pone el acento en los fallos en materia de protección de datos. ‘En algunas (webs) es realmente difícil encontrar referencias a la protección de datos en relación con los datos que se entregan y en otras no coincide lo que dicen en su política de protección de datos y lo que tienen dado de alta en la AGPD’. La última de las lacras tiene que ver con la prohibición de hacer publicidad unida al medicamento. ‘Encontramos que en la misma página en la que estás comprando medicamentos hay ofertas o incluso regalos (por ejemplo canastillas de bebe, que recibes sólo con que compres algo relacionado con los niños, sea o no medicamento). También vemos en la zona de pago la posibilidad de canjear cupones’, señala Isabel Marín.
La experta anima a las autoridades competentes de las Comunidades Autónomas a decidir entre todas ‘lo realmente debe tenerse en cuenta como condición sine qua non para vender online medicamentos sin receta’ ‘Y que las webs que no cumplen sean advertidas de ello’, concluye.
