La codependiencia emocional no es amor, ergo muchos no se enamoran, alucinan. El hambre emocional -ganas de ‘tener pareja’, de que alguien les ame y proteja y de sentido a su vida-, les hacen ver lo que no hay. Luego, al descubrir la realidad, la emprenden a reproches con la pareja… Algunos, incluso se cargan una potencial buena relación. Cada persona debe hacerse cargo de su propia estima y felicidad. Nadie, excepto uno, es responsable de su bienestar emocional y de darle sentido a su vida. Muchas mujeres, en vez de madurar emocionalmente, buscan un hombre que les haga de padre emocional, que las ame, cuide y proteja. En verdad, esto es válido cuando se trata de una pareja sana, en la que ambos dan lo que piden.
De lo que pides… ¿Qué ofreces?
Muchas personas piden ser amadas, pero solo ofrecen esas ‘ganas de ser amadas’ (síntoma de codependencia emocional). Para alguien, hombre o mujer, cargar con la responsabilidad de hacer feliz a otro ser humano suele ser desestabilizador, psicológicamente hablando. Las personas, que no han sido amadas en su familia, no han aprendido a ser amadas y hacen lo que sea con tal de que alguien las ame. Por ejemplo: ser la pseudoterapeuta de la pareja; su sostén económico; su ‘arregla todo’…
- Si no te aman como te gusta que te amen, reflexiona:
- revisa si tú te amas a ti como te gusta que te amen.
- Pregúntate cómo contribuyes por acción u omisión a relacionarte con personas que no saben amarte o son lo que esperas que sean. Haz una descripción de tu PAREJA IDEAL, así como de la pareja que tienes, y contrástalas: ¿coinciden: si/no y en qué? A veces, el resultado es ‘cualquier parecido con el ideal es pura coincidencia’.
