La opinión de Xavi Olba, responsable de estrategia digital de Sanofi Iberia.
Las relaciones humanas están cambiando debido al creciente uso que hacemos del Smartphone. De hecho, según los resultados de un reciente estudio, se puede afirmar que hemos dejado de pasar tanto tiempo delante del televisor para dedicarlo a estar con el móvil. En concreto, el 67% de la población ve menos la TV, el 29% lee menos e incluso un 17% manifiesta dormir menos por estar conectado a alguna herramienta digital. Y es que, el paciente ha dejado de utilizar su teléfono inteligente exclusivamente para buscar información de salud. Descarga aplicaciones de salud que utiliza en su día a día para controlar parámetros vitales, para conseguir una relación más cercana con sus profesionales sanitarios o para estar prevenido ante cambios que afectan a su calidad de vida.
Tal poder puede tener una simple aplicación móvil que puede conseguir cambiar las reglas de juego de un determinado sector. Es el caso de Uber que ponía en contacto a conductores particulares con pasajeros y hacía competencia a los taxis. Sin embargo, el gran cambio será perceptible cuando empecemos a poner dispositivos digitales en las cosas cotidianas, como por ejemplo un paraguas. En Reino Unido se vende ya uno que se conecta por bluetooth al ordenador o al Smartphone y avisa a su dueño mediante una luz hay probabilidades de lluvia. También existen colchones que hacen un estudio ergonómico a diario para estudiar la postura que adoptamos al dormir y permite corregirla durante la noche con pequeñas vibraciones.
Este creciente uso de las herramientas digitales en nuestra vida cotidiana también tiene una repercusión directa en el ámbito de la salud. Los pacientes consultan herramientas digitales para estar informados y formados en sus patologías. Así, por ejemplo, el 18% de las búsquedas en Google son temas relacionados con la salud o en las plataformas de aplicaciones móviles para smartphones ya hay más de 97.000 apps de salud disponibles, siendo la 3ª categoría en la que se han desarrollarlo más aplicaciones móviles. Y esto no tiene parón, ya que la generación de nativos digitales está creciendo y está ya llegando al sistema de salud con una mayor demanda de herramientas digitales aplicadas a la salud. Y a esta situación se suma la famosa sostenibilidad del sistema de salud.
De este modo, médicos, farmacéuticos y personal de enfermería deben dar un paso para adelante y hacer un uso más eficiente de las herramientas digitales para adaptarse lo más rápido posible a estos nuevos tiempos. Para ello la primera barrera que deben superar es creer que no es difícil y que todos estamos capacitadas para incorporarlas a nuestro entorno sanitario. Y es que, es tan fácil como llevar al ámbito profesional aquello que ya nos acompaña en todo momento, incluso cuando dormimos: el teléfono móvil y las aplicaciones de salud. En el caso del farmacéutico, no hay mejore receta que estimularse con ejemplos reales de lo que están haciendo otros colegas.
