Después de escuchar a Luis Fernández, portavoz de Juventudes Comunistas de Úbeda, a nadie le queda duda por qué la izquierda más radical española no ha tenido éxito en los últimos años hasta la llegada del mesías de la Comunicación política, Pablo Iglesias. El joven elegido como representante de los jóvenes comunistas de este municipio andaluz además de tener serios problemas para articular más de tres palabras seguidas, se ha convertido en todo un fenómeno viral en Internet, y no precisamente por sus argumentarios en defensa de la tercera república o en contra de la fiesta taurina. Escuchar a Luis Fernández bien merece un análisis del estado de la política nacional y de quienes representan al pueblo y sus habilidades para comunicar.
Este verano un joven ubetense saltaba a los medios de comunicación andaluces no precisamente por sus palabras como portavoz de las Juventudes Comunistas de Úbeda, sino por su particular forma de comunicar, o mejor dicho su dificultad para comunicar. En la Youtube Luis Fernández está viviendo su momento de gloria, no así la fuerza a la que representa. Los esfuerzos para articular los discursos de este joven bien merecen un análisis y una reflexión para la izquierda española. Y es que parece cada día más claro que el desapego de la sociedad no se debe tanto a los idearios de izquierdas, sino a unos líderes políticos alejados de la profesionalización y con dominio del arte de la comunicación.
En el vídeo que aparece en Youtube recoge dos intervenciones del joven de las Juventudes Comunistas, en la primera parte proclamando las virtudes de la tercera República en España, y más adelante haciendo una defensa antitaurina. Las dificultades para poder leer el discurso hacen que sea difícil seguir el argumentario del joven y la atención termine por difuminarse intentando averiguar qué palabras salen de su boca.
Precisamente la telegenia y una estrategia de comunicación muy bien ideada han sido los pilares del éxito del nuevo partido que ha arrebatado a la izquierda el puesto que ostentaban hasta el momento partidos como el comunista o izquierda unida. El joven de Úbeda es un buen ejemplo de hasta dónde llega la ignorancia de la clase política en el arte de la comunicación, despreciándola a un segundo plano, sin darse cuenta de la importancia –cada día más– de una buena Comunicación para conseguir la simpatía de los votantes. Está claro que la comunicación política en muchas formaciones políticas sigue necesitando de profesionalización si quiere seguir siendo visible en el espectro político. Por el momento habrá que ver si las Juventudes Comunistas de Úbeda toman nota.
