Cada día más de diez personas se quitan la vida en nuestro país. Esta alarmante cifra podría hacer pensar que el suicidio y la prevención de la conducta suicida es, para los responsables políticos, para los medios de comunicación y par la sociedad general, un problema prioritario. Sin embargo, la realidad es bien diferente. ‘La tendencia suicida pasa muchas veces ignorada por los poderes públicos, los cuales, están muy lejos de la concienciación de que es un serio problema’, asegura Andoni Anseán, presidente de la Fundación Salud Mental España y de la Sociedad Española de Suicidología. Ante esta situación, los medios de Comunicación podrían ejercer una importante presión, pero ¿por qué no lo hacen?
‘Los medios de Comunicación solo informan de suicidios de forma esporádica o cuando ocurre uno que tenga mucha magnitud’, lamenta Jesús Enrique Mesones, jefe del Servicio de Psiquiatría de los Hospitales de Torrevieja y Vinalopó. Tales son los casos de los actores Heath Ledger o Robin Williams, por poner algún ejemplo. Todo el mundo se hizo eco de sendas fatídicas noticias. Pero una vez pasó todo el revuelo, el suicidio desapareció de las páginas de la prensa internacional.
Esta postura ha repercutido negativamente a lo largo de la Historia en la desestigmatización de la tendencia suicida y hace invisible la labor de organismos dedicados a la prevención de los trastornos mentales y el suicidio, como es la Fundación Salud Mental Española. Su presidente echa en falta un compromiso constante de los medios de Comunicación con este problema y un abordaje global del suicidio (y no de un caso concreto).
Para orientar a los responsables de salud de los medios, se ha elaborado, con la colaboración de la compañía Pfizer, una infografía con recomendaciones al respecto. Y es que, como remarca el doctor, ‘hablar de suicidio con personas que tienen ideación suicida es terapéutico per sé, pues las personas que están sufriendo se dan cuenta de que pueden hablar de ello, de que pueden exteriorizar sus preocupaciones’. El experto destierra un mito muy extendido entre los medios de Comunicación: ‘Un suicidio no lleva a otro suicidio, por lo que no hay que tener miedo a publicar esta información’.
