Como cada semana, desde Ondamujer.com, hemos querido dar voz a otra gran mujer con un cargo de relevancia a sus espaldas. Hoy contamos con Esther Garcés Alonso. Ella forma parte del equipo de Ricoh como directora de ventas de grandes cuentas. Ella, como muchos quizás aún no conocéis, no es nueva en el sector de la tecnología: “llevo más de 20 años en él. He trabajado en Telefonica o en Everis, por ejemplo”.
Sin embargo, y a pesar de haber formado parte de grandes empresas, faltaba un modelo del que aprender: “me faltaba trabajar en una multinacional con los ‘headquarters’ fuera de nuestro país”. De ahí la importancia, a nivel personal, de su aterrizaje Ricoh, marca con capital japonés.
Ha pasado ya tiempo desde su llegada y Estefanía empieza a sentirse realmente cómoda en su puesto. Y eso la metodología de trabajo es ligeramente distinta a otras anteriores: “la diferencia es que el máximo responsable ya no está en los mismos edificios, sino que está mucho más lejos”. Un hándicap imporante que ya ha sabido superar. Así, la experiencia para ella sólo tiene un calificativo: “está siendo muy enriquecedora. Me está enseñando mucho y eso que todavía me estoy adaptando”.
Para toda directora de ventas, su principal objetivo son los clientes. Sin embargo, no a todo el mundo le resulta agradable estar rodeado de ellos a cada minuto. A Estefanía si: “lo que más me gusta es estar con los clientes, es con lo que más disfruto”. Y es que esto le lleva a crear, a dar vida a cosas nuevas: “lo más divertido en transformar ideas en un algo. Y eso se consigue están con los clientes. Con ellos siempre se crea, a diario”.
Para llegar hasta el día de hoy, hasta la posición que ocupa, nuestra protagonista ha tenido que realizar un largo camino que como bien nos lo define ella: “ha sido muy bueno. Me lo he pasado muy bien ya que he vivido experiencia impresionantes”. El primer paso lo realizó en un gigante de la telefonía como es Telefónica: “Tuve la suerte de empezar mi carrera con ellos, en los 90, momento en el que había muchas oportunidades para hacer carrera”. Sin embargo, su inquietud la llevó a buscar otras metas: “tras estar con las divisiones en Latinoamérica, me enteré que se había montado DMR, ahora Everis, una empresa en la que el equipo era increíble y me lancé hacia ese proyecto”. Muchos años en ella, en los que llegó a ser incluso socia, la llevaron a querer: “al negocio, al pie del cañón. Y por eso me incorporé al Grupo Amper”.
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