Todos empezamos a estar un poco hartos de lo que está pasando en el mundo. Desde niño recuerdo que la crisis del petróleo, las guerras locales interminables de Oriente Medio… Un día a algún descerebrado se le ocurrió volar las Torres Gemelas para comenzar una guerra total que no acaba en el petróleo.
Estamos asistiendo a un movimiento espectacular desde los países olvidados a un primer mundo que está agotado en sus esencias. Incapaz de recolocar a sus jóvenes, de darles vivienda, sanidad, cultura… Se proponen contarnos que los que vienen del horror de la guerra se van a encontrar con viviendas dignas, educación, sanidad… un futuro. ¡Es mentira!, es una gran mentira que se viene repitiendo desde que los conflictos existen. Los que se ven obligados a huir saben que con suerte terminarán en un campo de refugiados, que es una cárcel de la que no puedes salir y en la que te tienes que inventar una nueva forma de existir y vivir. Sin tus libros, sin tus amigos… Teniendo que salir por la puerta de atrás, dejando un rastro de amor, de lucha, de conciencia de pueblo, de verdad vivida y no escuchada en la cola de la pescadería. Los seres humanos que están caminando cientos de kilómetros, que cruzan los mares sin saber ni nadar, sin medios… ¿Por qué vienen? Si lo que aquí les van a vender es una mentira tras otra. España y los PIG´S no están preparados para luchar contra el déficit impuesto por el IV Reich y a su vez atender las necesidades de los que están llegando a un mundo en el que esperan el maná.
La sociedad se debe organizar contando con las instituciones. No se trata de competir para ver que ayuntamiento es más solidario y deja su polideportivo inutilizado desde la crisis… Los que vienen tienen que venir a una ‘tierra de oportunidades’, y serán las sociedades y la generosidad de éstas las que podrán repartir los excedentes de los paisanos para poder distribuirlos entre todos.
Y para devolver la dignidad a esos seres humanos no hace falta que manden carísimos aparatos militares para apagar una guerra alimentada por ellos mismos.
Por la puerta de atrás se escapan las ilusiones y los sueños de los seres humanos. No puedo ni imaginar que una locura así pueda instalarse en la vieja Europa. Yo me suicidaría, no podría entender quién mueve los hilos ni para qué. Al final el dinero tiene valor si te lo puedes gastar, para almacenarlo y quedarse solo… ¡que pena de mundo les estamos dejando a nuestros hijos!
LA HISTORIETA DEL DÍA
El tonto del Jaume, el mexicano con teléfono gratis de su padrino, no se da cuenta de que sus palabras están grabadas a fuego en las mentes de los familiares de su estocolmada. Mientras, las promesas de Cancún o de Irlanda se esfumarán y llegarán a la observación de la realidad: ‘no tenemos ni para unas líneas’… Allí se quedaron sus veinte años, la pena es que hay un ser pequeño, peludo… como Platero que sufre y llora las noches del miedo. Gozar por miedo es como comer por sed. Ahora las sombras inundan los sueños del viejo bigotudo… ¡Que odio más horroroso por la bachata!
A volar con IBERIA…