La opinión de Xavi Olba, responsable de estrategia digital de Sanofi Iberia
Ante el imparable crecimiento de pacientes crónicos, el principal reto que nos surge a todos los profesionales que trabajamos en el ámbito de la salud es hacer sostenible el Sistema. Y es que, a la vez que aumenta la cronicidad, lo hace el coste sanitario relacionado con la gestión de estos pacientes. En este contexto, surgen miles de voces que aseguran que el uso adecuado de las herramientas digitales es de gran ayuda. Así lo demuestra la mayoría de proyectos digitales aplicados al sistema sanitario que se han puesto en marcha en los últimos años. Entre todos ellos, me gustaría destacar cuatro que de verdad están cambiando el sistema de salud por el hecho de digitlizar procesos clave en la gestión de las patología.
La receta electrónica ha sido un gran avance. El hecho de que médicos y farmacéuticos puedan disponer de forma electrónica de todas las prescripciones de un paciente, ha reducido el número de errores de forma importante. Otro de los proyectos estrella es la digitalización de la Historia Clínica. Ahora todo nuestro historial médico está en una plataforma donde cualquier profesional de la salud pueda acceder. Este gran avance tiene todavía que mejorar en muchos aspectos, entre ellos, que sea también accesible para los pacientes y que se universalice.
Otro avance que han mejorado la eficiencia del sistema de salud ha sido la digitalización de muchos procesos asistenciales, como las pruebas diagnósticas. Gracias a esta medida, un paciente puede descargar los resultados de su última analítica sin necesidad de volver al centro sanitario a recoger los resultados en papel. Esto está motivando la creación de entornos de cero papel. En cuarto lugar, pero no por ello menos relevante es la telemedicina, es decir, el hecho de poder conectar de forma remota a profesionales de la salud y a estos con sus pacientes. En Catalunya se lanzó el proyecto Tele-ictus para hospitales comarcales que no disponen de un cardíologo de guardia. En caso de la llegada de una persona con un ictus, el equipo de urgencias conecta de forma remota con un equipo de cardiologos que está de guardia en el Hospital Vall Hebron de Barcelona y éstos les guian en el manejo del paciente.
