En la Tierra a miércoles, diciembre 25, 2024

Cerda: más de dos años en el off madrileño

Juan Mairena, su autor y director, visita Destino: Wonderland para hablarnos sobre Cerda, la obra de teatro que lleva representándose desde hace algo más de dos años con un clamoroso éxito de público y crítica. Nacida para su exhibición en la clausurada La Casa de la Portera (con un aforo de poco más de veinte personas), Cerda ha llegado recientemente a las tablas del Teatro Alfil, pero ya traspasó fronteras cuando se instaló en una sala de Buenos Aires con una estupenda acogida que ha hecho pensar a los productores en la posibilidad de una adaptación cinematográfica.

Cerda es una tragicomedia en la más amplia extensión de la palabra, puesto que aborda sin tapujos el abstruso asunto de los niños robados pero a través de una mirada esperpéntica que, al hacernos reír, invita a la reflexión. Según Juan Mairena, esa era la única manera posible de contar la historia –“Lo que conocemos resulta tan surrealista, que sólo así encontré el tono adecuado”-, pasando de un tono desenfadado a uno dramático para recuperar después la comedia con toda la intención –“Es un riesgo buscado: quería que cada espectador encontrase el código que le sea más accesible”-.

Con cuatro candidaturas en la última edición de los Premios Max, Cerda sigue cosechando parabienes y distinciones: su texto ha llegado a las librerías, Inma Cuevas fue premiada por la Unión de Actores como mejor actriz secundaria (en la actualidad su papel lo interpreta Carolina Herrera) y el Festival Internacional de Artes Escénicas de Sevilla hizo hueco a Cerda en su edición de 2015.

Pablo Vilaboy nos hace viajar hasta el ficticio Valle de Tuscany en California para recordar las intrigas en torno a los viñedos que pertenecían a Falcon Crest (una de las series favoritas, por cierto, de Juan Mairena y cuya influencia se nota en Cerda). La que fuese primera mujer de Ronald Reagan, Jane Wyman, daba vida a la perversa y ambiciosa Angela Channing, uno de los personajes más populares de los años 80; la actriz ganadora de un Oscar también hizo sus pinitos como cantante, al igual que Lorenzo Lamas, todo un sex symbol de la época que interpretaba a su nieto Lance.

Para la apoteosis final nos trasladamos al Baltimore de 1962 gracias al musical Hairspray, una de las partituras más bailables y poderosas que puedan encontrarse. Segregación racial, locuras adolescentes, ídolos irresistibles y hasta una madre que siempre es interpretada por un hombre son algunos de los ingredientes que componen este cóctel explosivo e irresistible.

Seguiremos informando…

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