Desde que ayer se publicase la noticia, el caso de Andrea ha suscitado millones de ‘likes’ en Facebook y miles de comentarios en Twitter. Unos y otros claman que se deje de alargar artificialmente la vida de Andrea, una niña de 12 años que nació con una enfermedad neurodegenerativa grave e irreversible y cuyo estado de salud ha llegado a límites extremadamente dolorosos desde que el pasado mes de junio sufriera una trombopenia. La pequeña se encuentra hospitalizada en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) y se enfrenta a una ‘desnutrición calórico-proteica importante’ porque su cuerpo ya no tolera ni siquiera la alimentación artificial.
Sus padres reclaman una muerte digna para su hija, es decir, retirar el soporte vital que prolonga artificialmente la vida de Andrea. ‘Yo lo que quiero es que mi hija cierre los ojos, podernos despedir de ella. Y así como fue campeona durante 12 años luchando, queremos una muerte digna para mi hija. No estamos pidiendo eutanasia, que venga alguien, le meta un chute y la mate. Es una enfermedad que es irreversible, neurodegenerativa y que ya ha llegado al final. Ya no hay más’, explicaba desconsolada la madre de Andrea, Estela Ordoñez, a la Cadena SER. El Comité de Ética Asistencial de la Gerencia de Santiago les ha dado la razón en un informe emitido el pasado 14 de septiembre, pero no vinculante.
Sin embargo, el Servicio de Pediatría ha decidido no seguir estas recomendaciones. Tras la última reunión con los padres de Andrea se ha comprometido a la limitación del esfuerzo terapéutico. Desde el principio ha defendido que Andrea no recibe ningún tipo de ayuda mecánica para mantenerse con vida, pues sus órganos funcionan bien. Lo único que se le ha hecho es una gastrostomía para la ingestión de agua y nutrientes. Es sedada y recibe analgésicos cuando está inquieta o se interpreta que pueda estar teniendo dolor. Los pediatras defienden que sus acciones concuerdan con lo indicado por el Comité, pues ‘no hay obstinación’ y, en caso de reanimación, no se actuará.
La polémica está siendo seguida muy de cerca por todo el país. Los ciudadanos han utilizado sus perfiles en redes sociales para hacer presión y para apoyar a los padres de Andrea ante esta dura decisión. La mayoría se pregunta: ¿Qué motivos o razones tiene el Servicio de Pediatría para no seguir la recomendación del Comité de Ética? Otros van más allá: ¿Cumple dicho Servicio lo dispuesto en la Ley aprobada por la Comunidad Autónoma de Galicia? Precisamente, el pasado mes de julio el parlamento gallego aprobó una ley de derechos para enfermos terminales sin eutanasia. En teoría, asegura que el paciente tenga garantizados unos cuidados paliativos y el uso de la sedación si la finalidad es aliviar el sufrimiento.