La Agencia Española del Medicamente y Productos Sanitarios (AEMPS) ha aprobado peginterferón beta-1a, un tratamiento para la Esclerosis Múltiple remitente-recurrente (la forma más frecuente de la enfermedad), que comercializará Biogen bajo el nombre de Plegridy. La aprobación se basa en los datos positivos extraídos del estudio Advance.
En la fase controlada con placebo de este estudio clínico aleatorizado, doble ciego, de dos años, en pacientes con Esclerosis Múltiple remitente-recurrente se redujo significativamente la tasa anualizada de brotes en un 36%, en comparación con el brazo de tratamiento con placebo.
También disminuyó el riesgo de progresión de la discapacidad sostenida a las 24 semanas en un 54%, el número de nuevas lesiones o lesiones que crecen nuevamente en T2 en un 67%, el número de lesiones realzadas con Gd en un 86% y el número de lesiones hipointensas en T1en comparación con el brazo de tratamiento con placebo en un 53%. Además, otro estudio confirma que la eficacia de este fármaco se mantiene a los tres años.
Pero a pesar de los buenos resultados del tratamiento reportados en los estudios mencionados, peginterferón beta-1a aporta un gran número de novedades que lo diferencian del resto de tratamientos para la enfermedad. La Dra. Celia Oreja-Guevara, jefa de Sección de Neurología y Coordinadora de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Clínico San Carlos de Madrid destaca la comodidad en la administración del tratamiento.
‘Perginterferón beta-1a se administra —mediante una inyección— solo dos veces al mes, mientras que otros interferones se administran en días alternos, tres veces o una vez por semana’, explica. Así, los pacientes se ahorran entre 12 y 15 pinchazos mensuales. Esta circunstancia ‘mejora la adherencia al tratamiento de los enfermos, ya que suelen ser jóvenes que tienen una vida familiar, laboral y se cansan de pincharse’ añade la Dra. Oreja, con lo que también se mejora la calidad de vida de los pacientes. Por último, es necesario añadir que perginterferón beta-1a se encuentra en dos formatos: lápiz (como los de la insulina) y jeringuillas precargadas.