El último premio Nobel de Literatura se acaba de dar a conocer y ha recaído en la escritora y periodista bielorrusa de 66 años, Svetlana Alexijevich. Su obra ha destacado a lo largo del tiempo por sostener una fuerte crítica hacia la dictadura soviética y prueba de ello fue la obra que la dio a conocer: ‘La guerra no tiene rostro de mujer’, título que escribió en 1983 pero que no logró ver la luz hasta dos años después. Svetlana Alexijevich ha utilizado las técnicas propias del periodismo para la elaboración de sus revistas.
Svetlana Alexijevich estudió periodismo en la Universidad de Minsk en 1967 y tras su épcoa universitaria comenzó sus primeras experiencias en el mundo del periodismo en la ciudad de Beresa, en Brest, donde comenzó a trabajar en una escuela local. Ahora, ha sido premiada gracias a sus habilidades para escribir una literatura muy ligada al periodismo y a las crónicas literarias centradas en el colapso de la Unión Soviética, como la Segunda Guerra Mundial, la guerra de la Unión Soviética en Afganistán y el desastre nuclear de Chernóbil, así como los suicidios que se produjeron a partir de la caída del comunismo.
El anuncio de la concesión del Nobel de Literatura a Alexijevich lo hemos conocido hoy, sin embargo, era uno de los nombres que más sonaba en las quinielas. Principalmente en las del diario sueco ‘Dagens Nyheter’, que cuenta con una larga lista de pronósticos acertados en los premios Nobel.
Esta ocasión no ha sido el único acercamiento que desde el Nobel se ha hecho al mundo del periodismo. Ya en 2007, se rumoreó la posibilidad de otorgare este galardón a Ryszard Kapuscinski, pero el fallecimiento ese mismo año del periodismo polaco le privó de dicho galardón.
Entre las obras de Svetlana Alexijevich destacan ‘Los chicos del cinc’, una obra basada en la guerra de Afganistán, que escribió después de recorrer el país entrevistando a las madres de los soldados que perdieron la vida en la batalla. En 1993 firmó y publicó ‘Cautivados por la muerte’ o en 1997 ‘Voces de Chernóbil’, que se publicó en castellano en 1996.
