Hace unos días escribí sobre lo que había ocurrido en en HAMBURGUESA NOSTRA de La Vaguada de Madrid. En resumen: ‘Me dio una hipoglucemia de 40 (los límites tienen que estar entre 80 y 140), el siguiente paso es sudor frío, como un gel, sueño y entrada en COMA DIABÉTICO.
Al día siguiente del sucedido me dirigí a HAMBURGUESA NOSTRA y me informaron de que el ‘restaurante’ de La Vaguada es la única franquicia que tienen, y que no está atendida como el resto de sus ‘restaurantes’. ¡Menuda explicación!, a mi no me vale, si no ofrece los estándares se cierra o se cambia al franquiciado…
Entra en contacto conmigo los de redes sociales de HAMBURGUESA NOSTRA, y se interesan sobre qué me ha sucedido… Se lo cuento y me llama Diana Nieves Cueva, que dice ser la directora de Comunicación, Márketing, Redes, Publicidad… Y me ruega que no publique un segundo artículo, que ya tenía preparado y en el que contaba menos de lo que voy a contar ahora.
Diana me pide perdón una y mil veces, pero no se da cuenta de la gravedad del asunto. No es sólo que me echasen de la barra por comer pan, ya que no me servían la comida, si no que además concurre el DELITO DE NEGACIÓN DE ASISTENCIA. Es como si ves un accidente de tráfico y te haces un selfi para mandarlo a tus colegas, esto fue lo que hicieron conmigo.
Me marché a La Vaguada, a la que van más de 24 millones de personas al año, uno de los centros más transitado de la Ciudad de Madrid. Pero no tiene servicios de asistencia, ni botiquín de primeros auxilios, pero sí tienen a 3 minutos el SAMUR que acude varias veces al día, principalmente a atender a los abueletes que tienen bajadas de tensión. Pero claro, el franquiciado me dijo que si me encontraba mal, ¡NO, ME ESTABA MURIENDO!, que llamase al servicio médico de La Vaguada, que como acabo de contar, no existe.
En La Vaguada están bastante quemados con los franquiciados, porque tienen altercados día sí, día también. Pero desde la dirección de La Vaguada me ofrecieron todo el apoyo que necesitase. La verdad es que la gran putada es que después de ese pre coma, veo mucho peor, me canso más y no acabo de recuperarme. Es como cuando el cerebro se queda sin oxígeno. Pasaré una revisión para que sean conocedores de la putada monumental que me han hecho.
Hoy, me ha invitado a comer Diana. Esperaba que estuviese con el director general y segunda generación de carniceros, Carlos Rodríguez, pero esto no le importa, está sólo para abrir más baretos… Diana me ha dicho que los franquiciados están muy afectados porque se rieron de mi, y no sabían que lo que estaba era en una situación límite. NEGACIÓN DE ASISTENCIA, mis hijos (dos) les decían que ‘mi padre nunca ha estado así, está muy mal’… ¡Pues que se vaya a ver si se nos va a morir aquí!… Diana venía acompañada por un andaluz de operaciones que no sé muy bien qué pintaba en la comida. Pues eso, nos hemos sentado a comer. Previamente envié ayer un correo en el que le anunciaba a Diana que: ‘voy a comer con la condición de que pague mi comida y la de mis hijos, que me acompañaban para añadir más emoción al relato, que de por sí es la leche… Nos salimos a comer a una terraza adyacente y en su mejor ‘restaurante’ nos traen la puta carta de las hamburguesas… Al cruzar el comedor he visto costillares, solomillos, chuletones, está en Castellana 257, y debe de vivir de los fines de semana, porque estaba ‘vacío’. Pues eso a comer más hamburguesas, porque aunque pagase yo, era como lo de las lentejas; si quieres las comes y si no las dejas…
Y, viendo que hablábamos de banalidades, que nada quieren saber de lo sucedido, y que no van a tomar medidas contra los dos especialistas en cachondearse de los diabéticos que les piden una coca-cola. Les he pedido que se marchasen de la mesa, y con las mismas nos hemos levantado y marchado a comer al restaurante de enfrente. Lógicamente les he dicho que no voy a parar hasta que no presente querella contra el dúo, y que HAMBURGUESA NOSTRA va a ser conocida allende los mares, por sus buenas formas de hacer y actuar.
Los abogados de mi empresa están estudiando acciones judiciales contra RAZA NOSTRA matriz de HAMBURGUESA NOSTRA y el dúo de los que no se enteraban de nada, que ahora, cuando les llame un juez sí se van a acordar, y recordarán todo lo que me hicieron y las consecuencias de su inhumana actuación.
Cuando a los dos días tuve un poco de resuello, me acerqué de nuevo al ‘restaurante’ de La Vaguada, allí estaba uno de los maltratadores de diabéticos y se escondió. Una señorita sin pedirlo me puso en la mesa unas fotocopias (tres) para que me liase a escribir… ¿y las hojas de calco? No eran oficiales y no tienen otras, ya se lo he contado a Turismo de la Comunidad para que les hagan una revisión a fondo, porque lo merecen. Hoy, Diana me ha llevado a la comida una hoja de reclamaciones oficial con el ruego de que cuente todo con todo lujo de detalles el sucedido. Seguro que les viene bien para rescindir la franquicia fallida.
Esto es poco más o menos como me encuentro con los de RAZA NOSTRA, una firma que vende a precio de oro carne pisada, que crece muy deprisa y que cada vez tiene menos adeptos, al menos es lo que hoy he podido comprobar. ‘La Vaca Argentina de la Plaza Castilla y la de Nuevos Ministerios estaban hasta arriba… Actuando de esta forma conseguirán quedarse solos. ¡Que salga otra franquicia que en cuatro días se los meriendan, y hay negocio!… Vendiendo a millón lo que pagan a céntimo…
Me marcho a pasar el fin de semana largo y a esperar noticias que nos hagan felices, porque esto que os cuento casi os deja sin Pedro.
¡VIVA LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA! Que me salva y alarga todos los días la vida.
A volar con IBERIA…