Investigadores europeos han presentado en París los resultados del proyecto VENOMICS, una investigación que durante cuatro años ha identificado y secuenciado toxinas de las que no había información previa, abriendo la puerta al descubrimiento de nuevos fármacos basados en sustancias venenosas. En total, el proyecto VENOMICS ha analizado muestras de venenos de 203 especies animales procedentes de todo el mundo.
‘Para tener acceso a esta diversidad de especies, hemos combinado expediciones científicas con colaboraciones comerciales, como la establecida con la empresa AlphaBiotoxine de Bélgica’, ha señalado Frédéric Ducancel, responsable del área de Sourcing del proyecto VENOMICS (CEA, French Alternative Energies and Atomic Energy Commission), París (Francia).
Esto ha permitido la creación de una base de datos única con más de 25.000 secuencias de toxinas, de las que 4000 han sido producidas in vitro. Este banco sintético está siendo sometido a procesos de screening para ver si tienen alguna actividad frente a dianas de enfermedades y ya hay 30 hits validados (moléculas que han dado una reacción positiva en algún ensayo).
‘La otra parte del banco generado será sometida a screening en los próximos meses. En paralelo, los hits identificados serán caracterizados por completo en términos de afinidad, selectividad, estructura y función. Los que tengan las mejores propiedades se probarán en modelos de experimentación de las enfermedades a las que querernos dirigimos. En función de los resultados, se patentarán estas moléculas candidatas’, ha comentado Nicolas Gilles, coordinador del proyecto VENOMICS e investigador del equipo de toxinas, canales y receptores de la CEA (French Alternative Energies and Atomic Energy Commission), en París (Francia).
Pero, además, el proyecto ha demostrado el ‘potencial de las tecnologías ómicas’ en el procedimiento de búsqueda de nuevos candidatos a fármacos. Las empleadas (proteómica y transcriptómica de novo) han reducido el tiempo necesario para identificar moléculas con actividad farmacológica. Actualmente, el procedimiento para descubrir nuevos fármacos es muy costoso en dinero y tiempo, siendo un cuello de botella la identificación inicial de moléculas activas.
‘VENOMICS ha acelerado este proceso de una forma exponencial, permitiendo acceder a una profundidad en el estudio sin precedentes que no habría sido posible sin la aplicación de las tecnologías ómicas’, ha explicado Rebeca Miñambres, jefe del departamento de Proyectos de I+D de Sistemas Genómicos, en Valencia (España), que se ha encargado del desarrollo de la tecnología de transcriptómica de novo.
Los principales logros del proyecto VENOMICS son los siguientes: el análisis de 203 especies diferentes desde serpientes, escorpiones, arañas, gastrópodos, peces, insectos, escolopendras, cnidarios, pulpo y lagarto; la creación de la mayor base de datos con 25.000 secuencias. la generación del primer banco de 4000 péptidos bioactivos; un total de 30 hits validados de momento por su actividad frente a dianas para necesidades médicas no cubiertas y los resultados validan VENOMICS como una estrategia eficiente para la identificación de toxinas raras útiles para la salud humana.