Desde que desapareciera Sigmund Freud el saber y los conocimientos sobre lo más profundo y resguardado de nuestro cerebro, ha quedado al albur de estudiados de carrera que han convertido el noble arte en un: que venga todas las semanas, pague en NEGRO y le vamos ‘graduando’ la medicación.
Por desgracia y en mis 53 años de existencia he tenido de todo. Una infancia perseguida pos las faldas de los gabilondianos que nos intentaban pillar al vuelo. ¿Para encular, o para desgastar sotana? Esto dicen que no, pero marca en la vida de un infante. De aquella, el psicólogo era otro cura, y el psiquiatra estaba para los muy locos… Menuda educación de gañanes…
Siempre miran para abajo, porque se duermen, o porque les importa una mierda lo que les cuentas, ellos tienen sus propios problemas. Cuando alzas la voz o el llanto, apuntan algo en su libreta de citas, para darle cierta importancia a lo que les cuentas, y poderlo recordar… jajajajajaja… Y dice el psiquiatra de gran prestigio y 25.000 pelas por consulta sin factura: ‘Usted tiene una locura razonada’. Y, para eso me has estado sacando 100.000 al mes… menudo chorizo… jajajajaja…
Al tiempo nos dijeron que el aceite de oliva y las sardinas eran malas para la salud, y se puso de moda en los colegios la palabra TDH. ¡Un gran negocio! Y un diagnóstico que conlleva la toma de medicamentos que pueden ser fatales para el ‘hiperactivo’ en cuestión, las mamás se los dan encantadas ¡como caramelos! ¡Todos somos TDH! Todos a medicarnos, con la atenta prescripción de una psiquiatra que no tiene uñas porque se las come hasta los pulpejos. Y, dicen que es la mejor y que está muy centrada… Me echo las manos a la cabeza… Y otro anormal que dice que las pruebas vale con hacérselas a uno de los progenitores… ¿Alienación?
Por no hablar de los iluminados de la tele, que esos son de coña auténtica y marinera. Cobran los informes como si su diagnóstico lo valiese, y cuando se tienen que refrendar, te vuelven a cobrar… ¡De Cantimpalo!
Un día la mujer dijo: ‘Los niños no saben matemáticas porque no ven la pizarra’. Hasta el perro fue al optometrista a que le pusiesen gafas… Nunca sabrán matemáticas porque no les enseñaron a entender la Naturaleza y la Vida.
Los oficios de psiquiatra y/o de psicólogo están muy cogidos por los pelos, y además algunos neurólogos les pisan el terreno y se hacen del grupo de diagnóstico de TDH, con Concerta del tirón… Lo mejor es dejarles en casa, que se críen en este ambiente tan cojonudo que les estamos dejando, y a esperar la reencarnación, si es que llega, menudo coñazo, otra vez…
Nota: Evidentemente hay de todo, como en botica. Pero esta es mi experiencia.
HISTORIAS DE OTRAS VIDAS
LAS MEONAS
Esto que vivo ¿es costumbrismo?… las cosas que se repiten porque las hicieron tus padres y abuelos… o simplemente eres muy guarra sin remedio ni compasión.
El homo antecesor de Enrique Santos Discépolo paseaba por una extensa selva en la que empezaban a asomar las construcciones señoriales traídas por los europeos. El que llegaba, bien; y el que no, pues eso. Madre e hija acompañadas por un pequeño sapiens mal educado, pero muy necesitado de amor. Se reunían con esas grandes señoras que olían a talco rancio y a culo sucio moderadamente. Ellas sabían que tenían que crear un claim por el que las respetasen. Mamá se fumó un pucho y comenzó a reírse, la hija se quedó con los ojos en blanco y advirtió: ‘No irás a hacerte pis en el Luis XV’. La madre no sabía diferenciar entre un coco y una bombilla de chupar. Se meó encima del sofá. ¡Menuda cerda! Dijo una de las doncellas, la otra dijo: ¡Nos tocará limpiarlo junto a sus bragas de paracaídas, rojas de luto y sangre!
Ellas lo llamaron: COSTUMBRE. El servicio nunca olvidará que tuvieron que retapizar hasta las paredes. Y se hartaron de llamarlas sencillamente ¡GUARRAS!
MENSAJE DE ÚLTIMA HORA:
Teletipo de elcorreodelorinoco.com
Hay que liberar VENEZUELA, voy a poner la bandera de SIETE ESTRELLAS en mi casa, con el caballo en LIBERTAD, como el Pueblo.