¿Qué daño pueden hacer en los pacientes hipertensos, con altos niveles de colesterol o con diabetes los artículos periodísticos en los que se afirma que la planta de la stevia rebaudiana ‘tiene propiedades medicinales que hundirían los negocios farmacéuticos de la diabetes, la hipertensión y el colesterol’? Quizá esta es la pregunta sobre la que debería haber reflexionado el periodista Juan Fornieles antes de publicar en el ‘El Mundo’ el artículo ‘Stevia, el edulcorante verde más perseguido’. Y es que, su reportaje no ha estado exento de críticas por parte de la comunidad científica. Le acusan de poner en peligro la vida de muchas personas.
El científico Javier Burgos ha sido uno de los primeros en poner el grito en el cielo. Según denuncia, ‘las noticias promocionando curas milagrosas de enfermedades crónicas, incurables o terminales son un auténtico peligro para la sociedad, y para los colectivos más sensibles como son los enfermos. Asegurar, o insinuar, que la stevia cura la diabetes es simplemente una falacia. La problemática de este tipo de afirmaciones es que algunos diabéticos abracen este tipo de pseudoterapias y abandonen el uso de la insulina que, a día de hoy, es el único fármaco que permite regular los niveles de glucosa en personas diabéticas. El desuso continuado de insulina en diabéticos produce una serie de síntomas que pueden dar lugar incluso a la muerte del paciente. Este es el tipo de cosas que se están poniendo en juego’.
A estos argumentos se suman los que proporciona José Miguel Mulet, director del Máster de Biotecnología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV) e investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP). Este experto sostiene que existe razón científica concluyente que soporta el hecho de que la Stevia tiene más efectos perjudiciales que beneficiosos. Cita, por ejemplo, un estudio del Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI), que forma parte de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unido. En él se pone de manifiesto que la esterilidad es una de las consecuencias del uso continuado de la planta.
Los profesionales de la medicina se unieron a las críticas de estos investigadores. Ante la censura a la que el medio de Comunicación estaba sometiendo los comentarios que difamaban la publicación, utilizaron sus perfiles en Twitter para pedir la retirada urgente del artículo en el que se alaba a la stevia. ‘Se difunde información dañina para la salud’ y ‘se hace apología del delito omitiendo cuidadosamente los efectos adversos del consumo de la plante’, subrayaban algunos tuiteros.
Además, aclararon que nunca puede ser recomendada como cura para la diabetes: ‘Hay médicos catalanes que la recomiendan para mejorar la diabetes y bajar la glucemia porque no altera los niveles de insulina en la sangre, por lo que es apto para estos pacientes’, explican los científicos.
En España, por ejemplo, la diabetes supone un gasto de 17.000 millones de euros. Así no es de extrañar que muchos empresarios hayan visto en esta enfermedad un negocio redondo del que sacar tajada y tengan montada su particular parafernalia sobre las maravillas de la hoja de Stevia al natural, poniéndola como el bálsamo para curar todo lo habido y por haber y vendérsela a montones de incautos que no ven la letra pequeña.
Esto debería servir para que cualquier periodista huya y se oponga a dar difusión al asunto. No es el caso que nos compete. Según denuncian los lectores de uno de los medios de Comunicación de mayor calado de nuestros país, ‘se renuncia a las responsabilidades de ofrecer una información fiable y avalada por la evidencia científica’. Juan Fornieles escribe: ‘Este agricultor catalán se ha convertido en el azote de las multinacionales del azúcar, de las compañías fitosanitarias, de las empresas agroquímicas, de las grandes farmacéuticas, de las alimentarias y, cómo no, de la Administración’. Y es que, ¿qué daño podría hacer este artículo en la sociedad?
