Muchos han sido los profesionales de la salud que desde el pasado 16 de octubre, día en el que se difundió el borrador de reforma los Estatutos de la Profesión Enfermera entre los Colegios Oficiales, han pedido a sus representantes provinciales que se movilicen para conseguir que se aparquen las ‘insensatas’ medidas de renovación que propone el Consejo General de Enfermería, presidido por Máximo González Jurado. Sin embargo, la pasividad y el mutismo del resto de Colegios Profesionales ha provocado la inquietud de los profesionales de la Enfermería. Son conscientes de que existe un importante riesgo de menoscabar sus derechos fundamentales. Esta turbación les ha llevado a recurrir a medidas desesperadas.
A través de sus perfiles en redes sociales, algunos han pedido a periodistas de gran calado como Jordi Évole o El Gran Wyoming que dediquen uno de sus programas a remover los trapos sucios del presidente del Consejo Oficial de Enfermería para que toda la sociedad tome conciencia de la situación de impotencia, disconformidad y desapego que sufre la profesión ante el máximo cargo que los debería representar. El colectivo incide especialmente en El Gran Wyoming por su relación con el mundo de la Medicina. ¿Aceptará este ayudar a que nadie juegue con la libertad de expresión de los profesionales de la Enfermería?
Uno de los colegios que ha manifestado su compromiso con la profesión y su intención de presentar alegaciones a los ‘Estatutos Mordaza’ ha sido el de Navarra. La Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Enfermería de Navarra, presidida por Carlos Sesma, ha publicado un comunicado en su página web en el que concreta cuáles son las modificaciones que le parecen excesivas. Entre otras, se refiere a los artículos relativos al régimen disciplinario, que incrementan el número y tipo de conductas consideradas sancionables relacionadas con el derecho al honor y a la propia imagen de los cargos y colegiados pertenecientes a la Organización Colegial: ‘El Colegio de Navarra considera que dichos artículos tratarían de reglamentar cuestiones que ya están reguladas por la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, sobre protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen’.
El Colegio de Navarra encuentra que los nuevos Estatutos prevén una regulación excesiva por parte del Consejo General de la actividad de los colegios provinciales, que reduciría notablemente sus funciones propias y su autonomía. Dichos estatutos limitarían, por ejemplo, la capacidad de fijar el importe de la cuota de ingreso, que en Navarra se redujo un 49% en 2014. Los navarros solicitan también que la representación de cada colegio en la Asamblea del Consejo General de Enfermería sea proporcional a su censo de colegiados.
Esto no es todo. Haciendo gala de modelo de transparencia dentro de las instituciones colegiales de Enfermería, el Colegio de Navarra ha solicitado a los enfermeros que participen en la elaboración de los nuevos Estatutos haciendo llegar sus alegaciones. Las mismas facilidades ha puesto el Colegio de Enfermería de las Islas Baleares: ‘Los colegiados que deseen hacer aportaciones pueden dirigirlas al Col·legi Oficial d’Infermeria de les Illes Balears, preferentemente antes del miércoles 4 de noviembre. Al mismo tiempo, la Junta de Gobierno del Coiba está estudiando jurídicamente el proyecto y realizará también aportaciones’.
En Twitter, las críticas se han difundido a través de tres hashtags: #EnfermeriaVisible, #PrescripcionEnfermera y #StopEstatutosMordaza. A las perennes peticiones de transparencia sobre los fines a los que el Consejo General de Enfermería destina su presupuesto anual de 18 millones y el descontento generalizado por la falta de visibilidad y exceso de irregularidades, se suman ahora al ‘time line’ nuevas protestas. La inconformidad hará latir Twitter hasta el próximo 9 de noviembre, día en que deben ser remitidas al Consejo General las alegaciones recibidas. ¿Qué pasará entonces?
