Las nuevas tecnologías están facilitando la vida a los profesionales sanitarios en muchos sentidos. Aliviar la carga de trabajo o disponibilidad inmediata de información son algunos de los aspectos que mejoran notablemente gracias a las tecnologías. Éstas, orientadas al paciente, tienen una aplicación que resulta muy ventajosa: ayudar al médico a llevar a cabo un diagnóstico precoz de patologías.
No cabe ninguna duda de que diagnosticar una enfermedad es sus primeras fases genera más oportunidades de curación para el individuo, pero esto es particularmente positivo en el cáncer de mama, la causa más frecuente de muerte por cáncer en mujeres. Las posibilidades de curación de los cánceres de mama que se detectan en su etapa inicial (in situ) son prácticamente del 100%. Y las pruebas para detectar el cáncer de mama de manera precoz son tres: la autoexploración (la que se hace una mujer a sí misma para detectar bultos o anomalías), la exploración clínica (el mismo método, pero realizado por un médico y en una consulta) y la mamografía (básicamente, una radiografía de la mama).
Sin embargo, los métodos tradicionales de detección del cáncer tienen algunas limitaciones: es posible que la masa aún sea pequeña como para poder notarla con los dedos. Ante este escenario, los investigadores Chieu Van Nguyen y Ravi Saraf F. de la Universidad de Nebraska-Lincoln (EEUU) han desarrollado un sensor, una especie de ‘piel electrónica’ fabricada con nanopartículas y polímeros, capaz de detectar bultos con menos de 10 milímetros de espesor en el tejido mamario. Este método podría conducir a mejorar las tasas de supervivencia al cáncer de mama en más del 94%.
Un estudio, publicado en la revista ACS Applied Materials & Interfaces, así lo confirma. El dispositivo fue capaz de identificar con éxito grumos mamarios (en mamas de silicona) tan pequeños como de 5 milímetros y tan profundos como de 20 milímetros, medidas ciertamente complicadas de detectar.
La herramienta se conforma así como un método de diagnóstico del cáncer de mama muy positivo, ya que no es necesario esperar a que la masa aumente de tamaño para detectarla. Además, encontrando masas de ese tamaño se reducen también los tiempos de tratamiento.
