Falta de información, desconocimiento de los síntomas, gravedad de su efecto, poblaciones de riesgo, y poca concienciación sobre la enfermedad. Estas son algunas de las conclusiones sacadas de un estudio de investigación para conocer mejor el grado de información, conocimiento y percepciones acerca del cáncer de pulmón, realizado por Bristol-Myers Squibb Company, a un total de 1.023 españoles. El estudio, sacado a la luz con motivo del Día Internacinonal del Cáncer de Pulmón, se realizó en nueve países europeos y recabó la información de un total de 8.263 personas, con edades comprendidas entre los 16 y los 54 años. Completaron la encuesta en ocho países, además de España: Austria, Dinamarca, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Países Bajos, Suiza y Turquía, entre el 30 de julio y el 7 de agosto de 2015.
Según el estudio, seis de cada diez españoles (62%) afirman no estar bien informados acerca del cáncer de pulmón. Muestra de ello es que solo un 13% de los encuestados reconoció el dato de que menos de la mitad de las personas diagnosticadas con cáncer de pulmón siguen vivas un año después del diagnóstico como una estadística verdadera. En esta línea, otro resultado a destacar fue que solo el 26% de los participantes consideró veraz la afirmación de que el número de víctimas mortales de cáncer de pulmón es superior a la suma del número de víctimas de cáncer de mama, colorrectal y prostático. Además, el hecho de que menos del 20% de las personas que sufren cáncer de pulmón hayan sido diagnosticadas en las primeras etapas de la enfermedad se identificó como información verdadera solo por el 27% de los encuestados.
La relación entre el binomio tabaquismo y cáncer de pulmón está bastante extendida entre los españoles. El 61% de los españoles cree que el cáncer de pulmón es una enfermedad propia de fumadores y más de la mitad, concretamente el 58%, cree que se debe principalmente al tabaquismo. En comparación con los demás países del estudio, los encuestados españoles afirmaron más ampliamente que el cáncer de pulmón se debía principalmente al tabaquismo. Menos de cuatro de cada diez encuestados identificaron como estadísticas verdaderas que las personas que dejaron de fumar hace tiempo al igual que las que nunca han fumado tienen riesgo de contraer cáncer de pulmón, además de que se calcula que entre el 10-20% de los casos de cáncer de pulmón se diagnostican entre personas no fumadoras. Los encuestados también señalaron que normalmente el cáncer de mama (42%) es la principal causa de muerte entre las mujeres europeas, en comparación con el 9% que cree que es el cáncer de pulmón, y solo uno de cada diez participantes españoles afirmó que el cáncer de pulmón afecta más a las mujeres que a los hombres.
Una pequeña parte de los encuestados españoles (12%) no fue capaz de identificar ni un solo síntoma o factor de riesgo del cáncer de pulmón. En este aspecto, los hombres son mucho más propensos que las mujeres a la hora de afirmar que no son conocedores de los síntomas. Muchos de ellos identificaron los síntomas más evidentes tales como tos persistente (55%), dificultad para respirar (61%), y esputos de sangre o de color ocre (59%). No obstante no ocurrió lo mismo con los síntomas aparentemente benignos o no relacionados con el cáncer de pulmón como el cansancio o la debilidad (35%), la pérdida de peso (31%) y la ronquera (28%). Del mismo modo, los españoles identificaron factores de riesgo para el cáncer de pulmón tales como fumar cigarrillos (80%), exposición al humo (64%) y exposición al amianto y a otras sustancias químicas (53%), pero no factores como los antecedentes familiares de cáncer de pulmón (51%) o la exposición al gas radón (35%).
La falta de concienciación y de conocimientos acerca de la probabilidad de supervivencia y de las poblaciones de riesgo comporta unos bajos niveles de preocupación y de conductas preventivas. Muestra de ello es que uno de cada cinco españoles afirmó no estar preocupado por contraer cáncer de pulmón, aspecto que resulta especialmente alarmante si observamos que dicha afirmación la realizó el 16% de fumadores habituales y el 29% de los fumadores ocasionales encuestados en España. Los fumadores ocasionales son mucho más propensos a afirmar este aspecto que los fumadores habituales o los no fumadores (un 29% en comparación con el 16% y el 20%). La preocupación por padecer cáncer de pulmón también es limitada entre los no fumadores ya que casi cuatro de cada diez afirmaron que el cáncer de pulmón no les preocupaba demasiado porque no fumaban.
Asimismo, la falta de conductas preventivas es generalizada en toda España, incluso entre las poblaciones con factores de riesgo. Casi ocho de cada diez (81%) encuestados en España nunca han hablado con su médico acerca del cáncer de pulmón. Este aspecto resulta especialmente alarmante si observamos que dicha afirmación la realizó el 73% de fumadores habituales y el 72% de los fumadores ocasionales encuestados en España. Mientras que seis de cada diez encuestados españoles (60%) afirmaron haber consumido cigarrillos y cuatro de cada diez (40%) siguen siendo fumadores en la actualidad, sólo el 38% de los fumadores habituales y el 40% de los fumadores ocasionales han hablado con su médico acerca de revisiones médicas específicas para enfermedades y problemas de salud que pueden ser causados por el tabaco.
A pesar de los limitados conocimientos acerca del cáncer de pulmón, se observa el deseo de disponer de más información y de intentar tomar medidas preventivas. Los encuestados (89%) mostraron un gran interés por obtener información adicional acerca del cáncer de pulmón, y muchos pusieron en valor la importancia de un diagnóstico precoz. El 51% de los encuestados afirmó que existen más opciones de tratamiento y mayores posibilidades de supervivencia si el cáncer de pulmón se diagnostica en una etapa temprana. Además, los españoles se muestran muy dispuestos a tomar medidas preventivas por lo que nueve de cada diez (92%) españoles indicaron que estarían dispuestos a tomar medidas para reducir el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Algunas de las medidas concretas que señalaron fueron: el 55% reduciría la exposición a agentes cancerígenos (una sustancia o un agente que puede provocar cáncer); el 55% limitaría la exposición al humo (fumador pasivo); el 54% hablaría con su médico; el 30% investigaría sus antecedentes familiares y el 19% comprobaría la presencia de gas radón en su hogar.
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