El liderazgo en gran medida es como el coaching, en el sentido de que es un arte. Trata de acompañar a las personas de cara a que estas desarrollen la mejor versión de sí mismas. Así, user un líder es una de las facetas más importantes en su ámbito de actuación, ya que debe acompañar a sus equipos y colaborares a que estos sean lo mejores que pueden llegar a ser. Cada gurú tiene su definición, pero todos coinciden: ‘los líderes son aquellos que tienen seguidores’. Se basan, en gran parte, de los dicho por Peter Druker y Black: ‘los seguidores son el elemento fundamental que define a todos los líderes en todas las situaciones’. Pero… ¡Cuidado! San Mateo dice: ‘si un ciego se mete a guiar a otros ciegos, ambos caen el hoyo’.
Y aquí el coaching tiene un papel fundamental, ya que, si un líder no toma conciencia del lugar desde dónde lidera y a quién está liderando, puede generar, como ocurre en muchas organizaciones, desmotivación, burnout, ruptura de contrato psicológico, conflictos,… En pocas palabras: situaciones indeseables para los equipos y las organizaciones. Desde el coaching, el enfoque que podemos aportar en primer lugar, es realizar un diagnóstico que nos permita identificar cuál es el potencial de liderazgo y cuál es el estilo predominante. Desde las perspectiva del líder con una auto-evaluación, y con una hetero-evaluación, el líder obtiene un foto de su estilo de liderazgo en la toma decisiones, la comunicación, el enfoque a objetivos, la gestión del cambio y la innovación.
Después es, desde el coaching, cuando se trabaja con los líderes en la toma de conciencia sobre cuál es ese estilo, cómo “me percibo” y cómo “me perciben los demás”. De ahí obtenemos las congruencias e incongruencias. El líder, con el coach, analiza en cada cuadrante sus fortalezas y áreas de mejora y, desde ahí, aquello de lo que tiene que darse cuenta o desde dónde está observando al mundo. Nos referimos a cuáles son sus frenos, con qué habilidades y recursos cuenta y los que necesita en realidad. Al finalizar los procesos de coaching, los líderes y en especial aquellas mujeres que ocupan altos cargos de responsabilidad desarrollan y potencian áreas como la toma ágil de decisiones o la comunicación. Lideran equipos autogestionados y generan el contexto idóneo para fomentar la innovación.