Cambiar el curso de la esquizofrenia es el objetivo principal de la atención temprana, una estrategia que ha demostrado mejorar el pronóstico y la vida de las personas con esquizofrenia así como reducir los costes asociados a la enfermedad. A pesar de sus ventajas demostradas en estudios y de las recomendaciones de las guías internacionales, en España todavía no son frecuentes medidas de atención temprana que ya funcionan en otros países, como las Unidades de atención temprana en psicosis o los programas de detección de perfiles de alto riesgo mental.
Así lo han advertido expertos en psiquiatría de España, Reino Unido y Dinamarca, que han presentado hoy las estrategias que se están desarrollando con éxito en países de referencia en este ámbito, y han analizado los beneficios de implantarlas en nuestro país, durante el encuentro con medios organizado por las compañías Otsuka Pharmaceutical S.A. y Lundbeck.
“Uno de los factores que mejor predice el pronóstico a medio y largo plazo, es el tiempo que la persona está psicótica antes de recibir tratamiento, y lo integral e intensivo que este sea en un primer episodio psicótico”, explica el Dr. Celso Arango, jefe de Servicio de Psiquiatría en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid) y director científico de CIBERSAM (Centro de Investigación Biomédica En Red de Salud Mental). Actualmente, el tiempo transcurrido entre la aparición de síntomas y el primer contacto terapéutico está en torno a los 2,5 años en los pacientes con esquizofreniaii. La edad media de aparición del primer episodio psicótico es de 21 años en hombres y 27 en mujeres .
El Dr. Arango indica que uno de los primeros pasos que deben darse en nuestro país es la implantación de Unidades de atención temprana en psicosis. Estos centros de atención integral no cuentan solo con médicos, sino con profesionales de otras áreas como psicólogos, educadores o trabajadores sociales. “Las personas con enfermedad mental tienen dificultades para acceder a empleos, y esta falta de productividad laboral también aumenta los costes indirectos relacionados con la enfermedad y se relaciona con falta de autoestima”, afirma el Dr. Arango. En nuestro país, “solo trabaja un 5% de las personas con esquizofrenia, mientras que en otros países lo hacen hasta un 30%, advierte el doctor.
Según explica el Dr. Arango, estos centros deben estar integrados en la comunidad, no en los hospitales. “Deben ser sitios agradables alejados de las unidades tradicionales de Psiquiatría para desestigmatizar a los pacientes, en un contexto menos medicalizado. En estos dispositivos sociosanitarios se les puede hacer un seguimiento y darles un tratamiento integral. Esto mejora el pronóstico clínico y funcional, es decir, no solo remiten los síntomas, sino que el paciente tiene más posibilidades de encontrar un trabajo o una vida más normalizada”, explica el Dr. Arango, quien calcula que en España, se podrían beneficiar de estas unidades “alrededor de 1.500 nuevas personas al año”. En otros países, estas unidades han demostrado mejorar el pronóstico de los pacientes, y han supuesto un importante ahorro a los sistemas de salud públicos.
Los expertos reunidos en el encuentro señalan que también es posible actuar antes del primer episodio psicótico, promoviendo programas de detección de perfiles de alto riesgo mental en jóvenes que presentan síntomas como ansiedad, desconfianza o retraimiento social. Las personas con estos estados mentales de alto riesgo, tienen un 30-40% de posibilidades de desarrollar psicosisii.
“Lo difícil es encontrar estos perfiles de alto riesgo”, señala el Dr. Celso Arango, ya que los síntomas (como menor capacidad de concentración, falta de energía, ansiedad, trastorno del sueño, retraimiento social, desconfianza o consumo de tóxicos) son variables y muy inespecíficos, especialmente en los adolescentes, y además no son exclusivos de la esquizofrenia. Sin embargo, el Dr. Arango afirma que “aunque no acaben teniendo un episodio psicótico, las personas de alto riesgo tienen una alta probabilidad de sufrir algún tipo de trastorno mental grave, como por ejemplo depresión mayor”. Por ello, en otros países se desarrollan programas educativos en los que se forma a los profesores para que puedan detectar e informar de estos casos de forma temprana, con el fin de realizar una labor de prevención.
El ejemplo de otros países pioneros en atención temprana: Reino Unido y Dinamarca
La implantación de la intervención temprana en los distintos países es una prioridad en esquizofrenia, ya que está recomendada por las guías y organismos internacionales, como el Mental Health Action Plan (2013-2020) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). También la Unión Europea, a través de fondos para proyectos de salud mental proporcionados en el programa Horizonte 2020, promueve y facilita la intervención temprana. En España, a pesar de que las directrices ministeriales reconocen la importancia de abordar de forma precoz el primer período de la psicosis, la implementación de las medidas de intervención temprana es por ahora limitada. En opinión del Dr. Celso Arango, “la gente tiene que saber que las personas con esquizofrenia viven aproximadamente 20 años menos que la población general. Es una enfermedad que no provoca la muerte de forma inmediata como el infarto de miocardio, pero que está asociada a mayores tasas de suicidio, enfermedades cardiovasculares, o consumo de tabaco y otras drogas y por lo tanto mortalidad, además de gran discapacidad”.
En otros países, como Reino Unido y Dinamarca, existen ya iniciativas de este tipo, cuya puesta en marcha está siendo un éxito. En Dinamarca, el proyecto OPUS para la intervención precoz en esquizofrenia y psicosis, ha demostrado efectos positivos no solo en los síntomas psicóticos, sino también en aquellos incapacitantes como bloqueo emocional, y la reducción de la carga que experimenta la familia. La Dra. Marianne Melau, Investigadora Clínica y enfermera psiquiátrica especializada en esquizofrenia en el grupo de investigación clínica OPUS (Dinamarca), ha participado en este estudio y afirma que “los resultados del estudio danés OPUSiv, indican que la intervención o atención temprana es coste-efectiva, con costes más bajos y mejores resultados, comparado con el tratamiento estándar”. La Dra. Melau añade que, “además de reducir las hospitalizaciones, la intervención temprana también ha demostrado una mejora en el funcionamiento social y en la satisfacción del individuo”.
En Reino Unido, la Dra. Belinda Lennox, Profesora Asociada en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, y psiquiatra consultora para la intervención temprana en psicosis en el servicio de Oxford Health NHS FT, participa activamente en la creación de un programa pionero en Inglaterra, donde todas las personas con un primer episodio de psicosis son evaluados y tratados en un servicio de intervención temprana dentro de las dos semanas de remisión. “La intervención temprana fue introducida en Inglaterra en el año 2000, con 50 equipos establecidos. Podemos demostrar que mejoran los resultados en la salud y en el cuidado social de los pacientes. También que la inversión en intervención temprana en servicios de psicosis ahorra dinero, porque los pacientes pasan menos tiempo en el hospital y son más propensos a volver a su trabajo o a los estudios”, afirma la Dra. Lennox. Además, la doctora señala que “desde abril de 2016, al acceso a la intervención temprana en psicosis se le dará la misma prioridad que al acceso a los servicios contra el cáncer, con un máximo de tiempo de espera de 2 semanas”.